Último en instagram

Fotos

Botánica ... las flores.. con la colaboración de Julio Velasco Ordóñez

FOTOS Y COMENTARIOS DE 
Julio Velasco Ordóñez
Flor, sólo flor
A quien viere y leyere. Con esta campanilla azulada se acaba la serie dedicada a las flores (son 166 especies).
La de la foto no se ha identificado, aunque fue retratada hace meses: ¿una Gentiana clusii?, ¿una kochiana? No importa, la intención del redactor cuando comenzó, en broma, esta labor no era dar lecciones de botánica para lo que no se siente facultado, sino compartir el deleite estético que encontró al ver en una pantalla, aumentadas, las flores silvestres o asilvestradas que observaba en sus paseos.


A quien leyere.
El año pasado se editaron en este “blogs” fotos de 166 flores presentes en los campos de Asturias, fundamentalmente en los del Valle del Nalón, acompañadas de unos breves comentarios.
La serie temporalmente comenzó en el mes de junio, por lo que las de muchas especies ya habían florecido y marchitado.
Pretendemos ahora cubrir parte de ese hueco y añadir alguna más que por la precaria competencia del redactor y fotógrafo –hoy algo mejorada- no se publicaron. No existe otra pretensión que la de compartir la belleza de las flores y la de motivar su visión sobre el terreno. 
Evidentemente, se ha actuado con escrupulosa honradez en la identificación, pero al no ser el redactor experto más de un error se habrá colado. 
Téngase en cuenta.

 Para ilustrar se muestra una matita de Scilla verna Huds.
167.- Flor de Campanula rotundifolia L.


Es bella y dicen que escasa. Escribe Polunin que del género campánulas hay un centenar de especies en Europa, así que lo de identificar por mi parte como “rotundifolia” (Campanula rotundifolia L.) la de la imagen tiene mucho de temeridad.
Estas campanitas de dos centímetros y pico de boca fueron fotografiadas en una pared calcárea, sombreada, sin apenas suelo, enraizadas en las fisuras de la roca de la garganta de la Foz de Llaímo (Asturias).
Dicen que las corolas se usaron para obtener tinta azul.


168.- Flores de Ranunculus ficaria L. 

Este año la primavera se ha adelantado mucho. Los prados húmedos y los bordes de las sendas asturianas se tiñeron pronto con las hermosas flores de la “ficaria” o “celidonia menor” (Ranunculus ficaria L.) que se disponen en un largo peciolo y pueden tener de ocho a doce pétalos amarillos brillantes que tienden a emblanquecer.

Tanto los tubérculos como las hojas maduras son tóxicos para el ganado.

En medicina se usó como remedio contra las hemorroides.


169.- Flores de “texu”.

Bello árbol, totémico, el tejo (Taxus baccata L.) acompañante de tantas iglesias y capillas.
Las flores masculinas se encuentran en un árbol y las masculinas en otro (dioico). 
Masculinas son las de la imagen, pequeñas, globulares, con numerosos estambres, aparecen en las tierras bajas a finales del invierno y en general a principios de la primavera y el fruto madura en otoño.
Venenoso, escribió A. Laguna que “hincado un clavo de cobre en el tronco del tejo (si en esto no miente Plinio) le quita toda aquella maldad”.



170.- Flores de “salguera”. 

Las orillas de los ríos y arroyos de Asturias estuvieron precozmente adornadas, ya a mediados de febrero, con las abundantes flores masculinas, sedosas y ligeramente amarillentas, de la Salix caprea L, que aparecen antes de que surjan las hojas. 
Las semillas son buenas colonizadoras de terrenos despejados, como los solares y taludes de carreteras. 
La corteza sirvió para curtir cueros y es muy conocido su uso para combatir las fiebres, ya que contiene salicina, antecedente natural de la Aspirina.



171.- Flores de “diente de perro”


En el bosque de castaños, a 450 metros de altitud, antes que la fronda límite la llegada de la luz al suelo, crecía en la primera quincena de febrero esta plantita bulbosa de Erythronium dens-canis L., (comúnmente conocida como “diente de perro”) con su única flor verde azulada de piezas curvadas y mirando el suelo, al extremo de delgado tallo que tenía en la base dos hojas manchadas de pardo.





172.- Flores de “tusilago”

Al Tussilago fárfara L. se le denominada vulgarmente “pie de caballo” y “pata de asno”, ya que en sus hojas, que surgen antes que las flores, se quiso ver la huella de una herradura. 
Tiene querencia por los suelos ácidos de pizarrillas de fácil descomposición y las viejas escombreras de las minas de carbón asturianas. 
Las pestañas de las flores son numerosas y estrechas. 
Dice Polunin que “las hojas se pueden fumar como el tabaco y son bien conocidas como remedio para las afecciones del pecho, tos y asma”. 
De esa propiedad viene el nombre de “tusílago”, echar, expulsar la tos.


173.- Flores de “yerbunegru”

Así se le conoce en ciertas zonas de Asturias al Helleborus foetidus L., cuyo nombre específico indica claramente una de las características de esta planta venenosa.
 Se encuentran ya en pleno invierno con las flores al término de las ramas, agrupadas en ramilletes, y haciendo ostentación de una lozanía que apetecería a los herbívoros, pero que no la tocan por su toxicidad. 
Pese a ésta, se usó como purgante en medicina y en veterinaria. De un pariente próximo, el “veridis”, trataremos.



174.- Flor de narciso “de Asturias”

Hasta seis especies de narcisos y unas cuantas variedades identifican los botánicos en Asturias. Uno de ellos, el de las flores de la ilustración, creemos que se corresponde con el Narcissus asturiensis (Jord) Pugsley, abundante en los prados de la montaña astur-leonesa donde su floración es muy precoz. 
Este año se encontraba a 1300 msnm a finales de febrero, tapizando el suelo de las “camperas” apenas se retiran las nieves. Sus flores son pequeñas y de color amarillo dorado y una sola por escapo.




175.- Flores de Salix alba L. 

Además de la ya tratada Salix caprea L, es abundante en los bosques de ribera de Asturias la Salix alba L., “salguera blanca”, de mayor porte, que florece a la vez que la anterior con flores menos llamativas.

A decir de Font Quer, los amentos están en pies diferentes, hay plantas masculinas y plantas femeninas. 
También, al igual que la “caprea”, fue utilizada profusamente en medicina como febrífuga, contra el paludismo, el reumatismo, como sedante… mediante cocimientos de su corteza cortada en pequeños trozos.


176.- Flores (masculinas) de avellano

Abundantísimo en Asturias este arbolito (Corylus avellana L.) en bosques, setos y en cultivos. Durante todo el invierno se han visto colgar de sus ramas desprovistas de hojas los amentos masculinos, numerosos, mientras las flores femeninas pasan desapercibidas. 

Muy cultivada en Asturias en el pasado, sus frutos fueron en el s. XVIII, junto con la madera, el principal producto de exportación y el más rentable, enviándose a Inglaterra, Holanda, Francia… y a Galicia y Andalucía, a través de los puertos de Gijón, Avilés y Villaviciosa.


177.- Flores de “heléboro verde”

A finales del invierno se ve florido en bosques y matorrales el eléboro verde (Helleborus veridis L.), que se diferencia claramente del “fétido” (Helleborus foetidus L.), del que ya tratamos, por la forma de sus hojas, la ausencia de olor y las flores. Éstas, de color verde, tienen cinco sépalos más largos que los estambres. 
Es venenoso y se utilizó como hierba medicinal de purgante violento. 
Está desaconsejado en medicina doméstica. 
En veterinaria, se usó para “liberar a los cuadrúpedos de las enfermedades epidémicas”, al decir de Font Quer.


178.- Flores de la “primavera verdadera”

La especie de prímulas que más abunda en Asturias es la llamada científicamente “vulgaris” (de la que hemos tratado hace tiempo). 
En la fotografía se muestra un ramillete de flores de la Primula veris L., que tiene un color amarillo más intenso, sin las mancha característica de la otra, y, además, mientras la “vulgar” posee flores solitarias, una en cada pedúnculo, en la “veris” éstas se agrupan numerosas y colgantes en umbelas en la parte superior de unos tallos desprovistos de hojas.




179.- Flores de Euphorbia hyberna L. 

Llamada en Asturias “lecherina”, por el látex denso y blanco que desprenden sus tallos al partirse, y en castellano “lechetrezna”. 
Es frecuente hallarla en las orlas de los bosques. 
Dicen los botánicos que la . posee unas flores femeninas muy transformadas y complejas. 
El látex es irritante para la piel y tóxico por vía interna, las semillas purgantes de acción drástica y la planta se utilizó para emponzoñar flechas y envenenar peces.




180.- Flores de madroño

El frecuentemente citado, aunque poco visto, arbusto símbolo de la capital del reino de España se conoce en Asturias por “borrachín” y “calbedro” (científicamente Arbutus unedo L.). 
El primero de los nombres vulgares hace alusión a la propiedad de sus rojas bayas de producir embriaguez.
 Florece desde principios del otoño. Las de la ilustración se fotografiaron en diciembre.
Es planta medicinal de la que se usan su corteza y hojas en cocimiento contra la inflamación de la vejiga urinaria.


181.- Flores de “amor del hortelano”

A esta herbácea se le nombra científicamente Galium aparine L., pertenece a la familia de las rubiáceas, tiene una larga sinonimia popular relacionada con la propiedad de sus hojas y semillas de agarrarse a pieles, ropas, pelos... 
Crece en terrenos labrados, huertos, jardines y se le considera “mala hierba”. 
La de las flores se desparramaba por un suelo de escombros en el Valle del Nalón (Asturias) y ofrecía un aspecto exuberante. 
Entre otras utilidades, se le usó para cuajar la leche en la elaboración de ciertos quesos y sus semillas fueron sustituto del café.



182.- Flores de Narcissus triandus. 

Ya se tratado sobre un narciso -el “asturiensis”- en otra ficha. La planta de esta flor, que creemos se corresponde con el Narcissus triandus L., crecía en Asturias a finales de febrero sobre un suelo pobre, seco y muy soleado. Las bellas flores se agrupan de dos o de tres en el extremo de los escapos (tallos). 
El nombre de narciso procede el griego “narfé” que significa aturdimiento, porque parece que el aroma de las flores lo produce. 
Una leyenda clásica habla de un joven, tan enamorado de sí mismo, que terminó convertido en la flor.



183.- Flores de Oxalis acetosella L

En una ficha del pasado año se hacía mención a las Oxalis latifolia Kunth y Oxalis pre-caprae L., llamadas popularmente “boliche”, contumaces enemigas de los hortelanos de Asturias que las tienen por indestructibles malas hierbas. 
La especie autóctona, Oxalis acetosella L., -en castellano aleluya- crece abundante en los bordes y claros sombreados de los bosques de castaños y hayas de la región y su florecilla es más pequeña, de pétalos blancos y menos vistosa que las exóticas. 
Las hojas tienen un sabor ácido y se comen, aunque no se debe abusar de su consumo pues son algo tóxicas.


184.- Flores de Lathraea clandestina L. 


Escasa donde habita el redactor, la fotografiada Lathraea clandestina L. florecía a finales de febrero en el borde de un camino casi abandonado y cubierto por las hojas muertas de los árboles que lo sombreaban. 
Es planta sin clorofila, parasita las raíces de otros vegetales como castaños, fresnos y avellanos. 
Las flores, de corola labiada y con el labio superior muy ganchudo, forman un apretado ramo a nivel del suelo sin que se vea tallo.



185.- Flor de “anémona de los bosques”

La Anemona nemorosa L. es una ranunculácea que crece en Asturias en los suelos de bosques de castaños, cubiertos de mantillo y hojarasca, y florece antes de que las caducifolias se cubran de hojas. Parece que el nombre genérico (anémona=viento) procede del griego, mientras el específico hace referencia al hábitat (bosque). 
Su única flor blanca, de seis o siete pétalos con numerosos estambres, se presenta al borde de un débil tallo que muestra tres hojuelas. Planta de elevada toxicidad, pierde ésta al secarse. 
Su empleo como medicinal debe estar bajo estricto control facultativo.


186.- Flores de “Lobularia marítima”

Como lo hace todo el año, en pleno invierno han estado luciendo sus flores las plantitas de “lobularia” (Lobularia marítima L.) que crecen en el viejo muro de piedra y cal que rodea al caserón blasonado y alejado del mar, tierra adentro, en el valle del Nalón (Asturias). 
Quizá sea una vieja “huida de cultivo” pues es escasa en el territorio. 
La floración despide un agradable olor a miel, razón por la cual suele estar frecuentada por numerosas abejas.




187.- Flores de “laurelcerezo”. 


El “laurelcerezo” es un arbolito (Prunus laurocerasus (L) M. Roem.), ayer exótico y hoy totalmente naturalizado en Asturias, introducido en Europa Occidental en el s. XVI como ornamental. 
Lucía a mediados de marzo sus densos racimos de flores blancas de cinco pétalos. 
Es planta venenosa en todas sus partes conteniendo ácido prúsico. 
Las hojas machacadas se utilizan como insecticida y fue antiespasmódico contra la tos compulsiva.


188.- Flores de “bolsa de pastor”
La hierba es conocida como “bolsa de pastor” (Capsella bursa-pastoris (L) Medik,) por sus originales frutos que semejan corazones o triángulos. 
Crece en huertos, bordes de caminos, jardines, alcorques de los árboles urbanos, incluso en los intersticios de las aceras. 
Se encuentra en el mes de abril en plena floración, luciendo sus poco llamativas flores al extremo de largos racimos, mientras las semillas se van formando en la parte inferior. 
Su humilde presencia no le impide ser toda ella medicinal, y se usó como antihemorrágica, tónico astringente, febrífuga, contra la gonorrea, para tratar otitis supurantes.


189.- Flores de Prunus avium L. 

Este año, especialmente escaso en precipitaciones y de suaves temperaturas, los cerezos silvestres han comenzado a teñir de blanco, a mediados de marzo, los bosques de las laderas del valle medio del Nalón (Asturias) con sus abundantes y bellas flores que preceden al nacimiento de las hojas. 
Algunos de estos cerezos monteses alcanzan una respetable corpulencia y su madera es muy valorada en ebanistería y para la construcción de instrumentos musicales, mientras los pequeños frutos son fuente de alimento apreciado por los pájaros.



190.- Flor de Euphorbia lathyris L. 
En lengua asturiana a la Euphorbia lathyris L. se le conoce como “tártamu” y “tártabu”, y en castellano se le nombra “tártago”, “catapucia menor” y los muy expresivos “granos rateros” y “hierba topera”. 
Al igual que otras lechetreznas, es planta tóxica que produce un látex blanco y denso venenoso. 
Crece en Asturias cerca de las viviendas, al borde de los caminos, en los límites de las tierras de cultivo, sobre suelos ricos en nitrógeno. 
Sus flores se forman en las horcaduras de las hojas. 
Aunque se usó en medicina como laxante, antirreumática y vomitiva, se le tiene por remedio peligroso.


191.- Flores de “aliaria”. 

A la Alliaria petiolata (Bied) Cavara y Grande (también Alliaria officinalis) se la conoce en castellano como “hierba ajera”, “hierba de ajo” y en traducción del vasco sería “ajo de brujas” y “ajo de sapo”, clara referencia a su olor. 
Es una crucífera que se cría en lugares sombríos, al lado de muros y al pie de setos. “Estimulante, diurética y antiescorbútica” escribió Font Quer. 
Para úlceras malignas se usa la planta fresca machacada en el mortero y colada.





192.- Flores de hierba cana. 
Al Senecio vulgaris L. se le dice en castellano “hierba cana” (por sus semillas), “senecio”, “yerba de los conejos”, “lechoncino”… 
Frecuente en Asturias en tierras de labor, lugares incultos, bordes de caminos… es especialmente abundante en primavera. 
Florece prácticamente todo el año en cabezuelas pequeñas que primero son rollizas y luego se estrechan. 
El fruto forma unos globitos provistos de vilanos canos, de donde procede el apelativo de “hierba cana”, y recuerdan a los del “diente de león”. 
Se usa como planta medicinal de grandes y probadas virtudes sin que existan contraindicaciones.


193.- Flores de Allium triquetrum L. 

Serán diez metros cuadrados bajo unos árboles caducifolios los que ocupa la abigarrada colonia de esta liliácea sin que el redactor haya visto ningún otro ejemplar del Allium triquetrum L. en kilómetros a la redonda en esta parte del valle del Nalón (Asturias).
A la planta se la conoce popularmente por “lágrimas de la Virgen” y en la segunda quincena de ofrecía unas abundantes flores blancas, acampanadas, colgando lateralmente de un largo peciolo. 
Las hojas machacadas desprenden un evidente olor a ajo.



194.- Flores de “cruzada”. 


La matita del Galium cruciata L. (también Cruciata laevipes Opiz.), vulgarmente “cruzada”, vegeta al lado de un camino arrimada a la maleza del seto, algo sombreada y exuberante en un final de marzo casi veraniego, mostrando entre las frondas de color verde amarillento las espigas de pequeñas flores.
Dice O. Polunin: “De las raíces se obtiene un colorante rojo; antiguamente se usó como medicinal.”




195.- Flores de “torvisco macho”. 


Con este nombre, un tanto rotundo, y con el más suave de “laureola”, se conoce la Daphne laureola L., que en algunos lugares de Asturias llaman “llambriquera”, pequeño arbusto de hojas perennes y siempre verdes, frecuente en los hayedos y robledales de las montañas asturleonesas.
Sus flores amarillo verdosas de cáliz tubular se agrupan en colgantes racimos de hasta una decena. Todo el vegetal es venenoso y vesicante y aunque sus hojas, frutos y corteza fueron usados como purgantes, hoy el empleo en medicina está muy reducido.


196. Flores de orquídea. 


En Asturias hay unas treinta y cinco especies de orquídeas, plantas que, entre otras peculiaridades, poseen una flor compleja y por lo general bella.
Las de la fotografía posiblemente pertenezcan a la conocida como Anacamptis pyramidalis (L) Rich., relativamente frecuente y de apretada inflorescencia en pirámide con flores rosadas, ya marchitas las de la fotografía de una planta con precoz floración que crecía en el talud de una carretera rural de la Cuenca Minera del Nalón.



197.- Flores de Pentaglottis sempervirens L. 


Al lado de una senda casi urbana en Pola de Laviana (Asturias) crecía una colonia numerosa de “lengua de buey” (Pentaglottis sempervirens (L) Tausch, también Anchusa s.), posiblemente plantas “huidas de cultivo”, luciendo sus hermosas flores azules en densas inflorescencias.
Dicen los botánicos que es especie propia de bosques, lugares húmedos y sombreados y ahí es frecuente verla. 
No se le conoce aplicación medicinal.



198.- Flores de espinera (blanca).


“Espinera” y también “viesca” en bable, “espino albar” en castellano y Crataegus monogyna Jacquin en lenguaje científico.
Es especie abundante en Asturias, donde suele superar el porte de arbolito.
A mediados de abril es fácil ver sus corimbos de flores blancas con cinco pétalos, numerosos estambres y agradable aroma.
En medicina se tienen por excelente tónico cardiaco, controlador de la presión sanguínea y adecuado para el tratamiento de la arterioesclerosis. 
Fructificarán en una baya roja de carne farinácea y sosa.


199. Flores (blancas) de borraja.

De la expresión “agua de borrajas” le faltaba al redactor conocer al natural el vegetal que designaba el segundo sustantivo. Un día de primeros de abril, accidentalmente, dio con él. 
Próximo a un huerto crecían, asilvestrados, varios frondosos ejemplares de lo que en asturiano se dice “borraxa” (Borago officinalis L.), luciendo uno de ellos ramilletes de las poco frecuentes flores blancas, mientras las de los otros eran de un llamativo color azul.
Las hojas se utilizan como verdura y son diuréticas; las flores, en infusiones como sudoríficas.


200.- Flores de “agrieta” (Rumex acetosella L.). 
Conocida en mi entorno familiar y social como “agrieta” y consumidos sus tallos tiernos por los niños ya que su sabor ácido nos resultaba agradable, la Rumex acetosa L., “acedera”, “vinagrera”, “vinagreta”, “hierba salada”… es hierba abundante en los prados de Asturias, en las orillas de los caminos y de las aguas.

Las flores, poco atractivas, crecen en pies separados en ramilletes no muy densos.

El sabor agrio se debe al oxalato potásico que contiene, y desde antiguo se tiene por excelente antiescorbútico, aperitivo y diurético.



201.- Flores de Erica arborea L. (“urcia”). 

Es en Asturias (donde se le llama “urcia”, “uz”, “urce”, “rozu”...) abundante la Erica arborea L, arbusto de hasta tres metros de porte que cubre amplias superficies llamados brezales. 
Sus flores acampanadas, casi tan anchas como largas, blancas, más raras las ligeramente rosadas, se agrupan en densos racimos piramidales. 
Florece de marzo a mayo. 
Es conocida la utilidad de sus raíces para la construcción de pipas y el conjunto de la planta da un carbón vegetal de muy buena calidad.



202.- Flores (masculinas) de laurel.

Poco lucido quedó este año el laurel (Laurus nobilis L.) en las fiestas de la Pascua. 
El anticipado tiempo primaveral dio lugar a una floración precoz. 
Árbol dioico, las flores de la ilustración son las masculinas. 
Símbolo del triunfo para griegos y romanos, en Asturias se le nombra como “lloreu”, “lloreal”… 
Se usó en prácticas diversas de religión y magia, como protector contra los rayos, por ejemplo. 
Sus hojas y frutos son ricos en aceites y se utiliza en medicina para elaborar pomadas antirreumáticas. Asimismo, en cocina goza de gran aprecio.

203.- Flores de “aro” o “yero”

La inflorescencia del Arum italicum Miller, vulgarmente “aro”, tiene un eje carnoso que del blanco amarillo verdoso pasará a un llamativo rojo cuando madure. 
Este eje, fétido para atraer insectos, contiene hasta cuatro tipos de flores y se rodea de una bracta de buen tamaño con forma de cucurucho verde blanquecino. 
Es frecuente en Asturias. 
Aunque sus rizomas carnosos y ricos en fécula son venenosos, desecados pueden comerse y se usaron en medicina como expectorante para combatir catarros bronquiales.


204.- Flores de Symphytum tuberosum L. 


A esta especie parece que se le conoce también como “consuelda menor”, y en algunos lugares de Asturias “consolda” y “suelda”. 
Es más frecuente que su pariente la S. officinale, muy usada en medicina. 
Las flores de la Symphytum tuberosum L. cuelgan al final de sus tallos en grupos pocos numerosos, son tubulares y de color amarillento. 
La corola termina en cinco lóbulos ligeramente vueltos hacia el interior. 
Crece en los bordes de los bosques y ésta que retrató el redactor se encontraba en la ribera del Nalón. Lo de “tuberosa” hace mención a sus raíces.


205.- Flores de “escila de primavera”. 


  “Escila de primavera” vio escrito el redactor para referirse a la Scilla verna Huds, plantita bulbosa, de tallos débiles que se cría en brezales, prados, bosques y bordes de caminos de Asturias.
Las pequeñas y hermosas flores de azul violeta, divididas en seis piezas iguales de forma lanceolada, se disponen en inflorescencias de racimos pocos densos.




206.- Flores de ciruelo silvestre.

Numerosas y bellas flores blancas, como las de la ilustración, mostraba a finales del mes de febrero un arbolito sin hojas.
Todavía faltaba un mes para que floreciera el cerezo y su nívea presencia destacaba en el matorral al borde de un “castañeu” en la ladera de un valle asturiano. 
Es posible que pertenezca a una especia exótica, hoy asilvestrada, traída como ornamental, cuyas semillas dispersó algún animal. 
Supone el redactor que es una subespecie del ciruelo doméstico y la intención al traerlas aquí es mostrar su belleza.


207.- Flores de arándano. 

Las arandaneras, el Vaccinium myrtillus L, se consideran plantas indicadoras de la máxima acidez de un suelo. 
Es arbusto que puede llegar a los sesenta centímetros de altura, con las ramitas caídas y angulosas. Tapiza en Asturias amplios espacios, sobre todo en las montañas silíceas.
Las flores, blanco rosado, darán lugar a unas pequeñas bayas de color negro azulado, sabrosas y ricas en vitamina C. 
Tanto éstas como las hojas tienen probada eficacia en la prevención de infecciones de vejiga y de las vías urinarias.


208.- Flores (femeninas) de nogal.

Es el nogal (Juglans regia L.) árbol de magnífico porte, valiosa madera y sabroso fruto que en asturiano recibe los nombres de “nozal” y “noceu” y ha llenado de topónimos la región.
Tiene flores masculinas y femeninas separadas.
Las femeninas, a las que pertenece la ilustración, crecen en los vástagos nuevos, semejan una pequeña nuez con una pelusilla en el extremo superior dotada de un pico que es el cáliz.
Con varios usos médicos, en Asturias había prevención tanto hacia su sombra como de las aguas que pasan bajo sus raíces.


209.- Flores de Ilex aquifolium L.


Muy frecuente y conocido en Asturias por los nombres de “carrascu”, “acebu”, “xardón”, “cedrón”, “briscu”.
Las flores crecen en distintos pies según sean masculinas o femeninas. Las de la ilustración son femeninas. 
Los frutos tienen aspecto atractivo pero son tóxicos y las hojas contienen una sustancia que actúa sobre el corazón, se usaron contra la bronquitis, el reumatismo y como diuréticas. 
La madera es densa, fue sustituta del boj para matrices de imprenta y buena en trabajos delicados de tornería.

210.- Flores de “lechera”. 


De la Polygala vulgaris L se dice que tiene la virtud de aumentar la producción de leche del ganado que la pace, de ahí el genérico “polygala” y en asturiano el de “lechera” y “leichariega”. Relativamente abundante en el valle del Nalón, crece en pastos, prados, matorrales, escombreras, márgenes de bosques… mostrando de abril a agosto sus pequeñas flores azules. 
Algunas especies de la familia (vg. Polygala rupestris) se usaron contra la tos y los catarros en infusiones.



211.-Flor “lirio amarillo”.


Llaman la atención, allí donde crecen, las grandes flores amarillas de la robusta Iris pseudocorus L., conocido como “lirio de los pantanos”, “de las marismas”, “gladiolo (y lirio) de agua”, “espadaña”, “lirio amarillo”… haciendo alusión a su hábitat, a sus hojas, y a su color. 
Introducido en Argentina, se ha convertido en un problema medioambiental.








212.- Flores de Melampyrum pratense L. 


A esta plantita le dicen en algunas partes (Inglaterra, por ejemplo) “trigo vacuno”, y el genérico procede de “melan”, negro; y “pyros”, fuego. 
El ejemplar de la fotografía crecía en Asturias, en apretada colonia, en la media montaña.
Planta hemiparásita ocupa los bordes de los bosques de caducifolias y coníferas, en suelos ácidos y pobres en nutrientes desde el nivel del mar hasta los 1700 msnm y florece antes que llegue la penumbra de la fronda.



213.- Flores de “mielga negra”


Las mínimas flores de esta forrajera, de nombre científico Medicago lupulina L., apenas tienen tres milímetros, pero agrupadas en pequeños racimos densos su color amarillo brillante llama la atención. Es planta herbácea rastrera que crece en prados y bordes de caminos y se cultiva para alimento del ganado en regadíos de amplias superficies.





214.- Flor de “hierba del amor”


Además de este sugeridor y poético nombre de “hierba del amor”, se le conoce a la Phyteuma Orbiculare L. también como “repónchigo orbicular”.
Es una hierba vivaz en este caso vegetando en un talud de un camino próximo a la aldea de La Ferrera (Laviana, Asturias), siendo su presencia escasa en el territorio.
Mostraba a principios de mayo, en el ápice del tallo, rodeadas de brácteas ovales, sus flores azules en llamativas cabezuelas globosas.



215.-  Flores de “tetera”


A la “oreja de monte” se le llama también en Asturias “tetera” porque se medican con ellas las ubres del vacuno. Científicamente es la Saxifraga hirsuta L
Vegeta en los suelos ácidos y con escasos nutrientes de los bosques caducifolios y sus poco vistosas flores aparecen hacia abril, antes de que los árboles se cubran de hojas.




216. Flores de Acinos arvensis (Lam.) Dandy.


Dicen los botánicos que el “acino” es planta de caracteres muy variables, por lo que este aficionado no se siente con capacidad para determinar si las flores de cáliz tubular que se presentan en la fotografía pertenecen a la A. arvensis, a la A. alpinus, o a cualquiera otra del género. Eso sí, da fe que una abundante colonia de ellas crece sobre el suelo calizo y seco de una escollera de protección del río Nalón (Asturias) desparramando los tallos en todas las direcciones.




217.- Flores de Serapias lingua L


Las orquídeas son la familia más numerosa del reino vegetal superando las 20.000 especies y, por lo general, están dotadas de flores muy vistosas. 
En Asturias crecen treinta y cinco especies, tres del género Serapis al que pertenece la flor de la imagen (Serapias lingua L.). 
Los botánicos Tomás A. Díaz y J. Antonio describen las tales flores como que están “provistas de un labelo trilobado y acuminado que surge doblado en ángulo recto del largo casco que forman las restantes piezas del perianto…”



218.- Flor de globularia. 


Se veía la matita de esta globularia (que creemos corresponde con la Globularia nudicaulis L.) muy cerca de la cumbre de La Collaona (Asturias), puerto de 850 msnm, en la vertiente lavianesa, en una fisura calcárea. 
Las flores son tubulosas, casi siempre de azul intenso, aunque alguna muestra un color muy atenuado, casi blanco.
Nota: De la Globularia vulgaris, fotografiada en el fondo del valle, se trató en la serie del año pasado.



219.-Flores de berro acuático. 


A una planta de berro acuático y silvestre (Nasturtium officinale Robert Brown), que vegetaba en la encharcada cuneta de una carretera de montaña en Asturias, pertenece el apretado ramillete de florecillas. Crucífera de sabor picante (de ahí parece venir lo de “nasturtium”) y con alto contenido de vitamina A, C, D y E, se consume en forma de ensalada aunque en el campo asturiano siempre fue rechazada.
En medicina se usó como antiescorbútico, estomacal, contra la bronquitis y en tratamientos cutáneos. 
No se debe consumir florido o fructificado, es dañino.





220.- Flor de Silene dioica (L.) Clairv. 


En la Cuenca del Nalón (Asturias) la silene, conocida como “restallones”, es especie abundante que florece en primavera y de la que ya hemos tratado. 
No lo es tanto la Silene dioica (L) Clairv. Ésta tiene flores femeninas y masculinas separadas e hibrida con facilidad con la S. Alba dando flores rosa pálido. 
Las silenes se asociaban con las culebras y sus semillas machacadas se usaban para tratar mordeduras de serpientes.



221.- Flores de “ajo del oso” 


Traducción literal de su nombre científico (Allium ursinum L.), el “ajo del oso” presenta sus flores blancas con seis pétalos puntiagudos, dispuestas flojas en una umbela redondeada de seis a veinte unidades.
Crecía la plantita bulbosa, con olor a ajo, en la margen del Nalón (Asturias) sobre un suelo arenoso que las crecidas de enero había renovado y el bosque de ribera ya sombreaba a finales de abril.




222.- Flor de “Fagnalón rupestre”


Esta planta mediterránea, de nombre científico Phagnalon rupestris (L) DC., poco más que una hierba apenas destacada, cuelga, con otras de su especie, en un saliente pétreo de dura roca arenisca, seco, soleado, apenas provisto de suelo y próximo a la residencia del redactor.
A principios de mayo se encontraba en plena floración en inflorescencias solitarias de tipo capítulo al final de las ramitas.
Dicen los botánicos que de las flores, todas tubulares, las internas son hermafroditas y las externas masculinas.


223.- Flores de acacia


Era finales de abril cuando los árboles de las falsas acacias (Robinia pseudoacacia L.) comenzaron a mostrar los primeros racimos colgantes de blancas y olorosas flores, pintadas levemente por el verde rojizo del cáliz. 
Especie originaria de los Apalaches (USA), fue introducida como árbol ornamental y cuentan que en las cuencas mineras de Asturias -donde es frecuente,- para fijar escombreras
La madera tiene alta resistencia, es dúctil y duradera. Las hojas y semillas son tóxicas, las flores melíferas y comestibles.


224.- Flores de Ribes uva-crispa L.


A la “uva crispa” le dicen “grosella espinosa”, lo que genera confusión con la “grosella” a secas (Ribes robrum L.), de la que trataremos. 
Es esta arbustiva fácil de distinguir por sus tallos espinosos con tres dientes, de flores solitarias o en racimos de dos o tres, frutos redondos y verde amarillos.
Se cultivan y no es difícil verlos en los márgenes de los huertos de las aldeas asturianas, aunque también se observan silvestres en las montañas.



225.- Flor de “ocalito”


El Eucalyptus globulus Labill., llamado en Asturias “ocalito”, fue introducido en estas tierras hacia 1865 como árbol ornamental procedente de Australia. 
Su uso, primero en el entibado de las minas de carbón y luego en la producción de pasta de celulosa, generó el desarrollo de controvertidas plantaciones y la sustitución del bosque autóctono, e incluso de praderas, en las tierras bajas cantábricas, a las que se adaptó con facilidad y puede crecer asilvestrado. Como medicinal es anticatarral, antiséptico, antidiabético…



226.- Flores de Anarrhinum bellidifolium L.


No ha sido fácil para el fotógrafo sacar la estilizada espiga de la Anarrhinum Bellifolium L. El delgado tallo y las numerosas y diminutas flores azules, densamente agrupadas en una alargada inflorescencia, se balanceaban al mínimo soplo de viento y la pantalla de la cámara ofrecía una imagen borrosa, despreciando la máquina la planta para enfocar el fondo próximo y plano de la ladera herbácea. 
Crece en Asturias sobre suelos silíceos y secos en los bordes de los caminos y a partir de mediados de abril comienza su prolongada floración.


227.- Flores de arce o falso plátano


Es el falso plátano (Acer pseudoplatanus L.) árbol de gran porte y amplia copa que crece en bosques mixtos y de ribera, bordes de caminos y cultivado en medios urbanos y parques. 
Sus flores son pequeñas, verdes, poco atractivas y se agrupan en estrechos y colgantes racimos de más de medio centenar muy visitados por las abejas. 
La madera, blanca amarillenta y finamente veteada, es apreciada en tornería, decoración, construcción de instrumentos musicales y antaño en Asturias para hacer madreñas.


228.- Flor de nabo


Es el nabo muy conocido como hortaliza y fue de gran consumo humano su voluminosa raíz hasta la generalización del cultivo de la patata, que en gran parte lo sustituyó. Frecuente es ver en abril y mayo las plantas (Brassica napo L., B. campestris L.) naturalizadas en los bordes de los caminos, sobre suelos nitrogenados; con sus floridas inflorescencias ramosas llenas de flores tetrapétalas de color amarillo pálido y de un centímetro y medio de diámetro. Localidades asturianas como Sotrondio y Morcín tienen fiestas gastronómicas dedicadas a la crucífera.


229.- Flores de “sello de Salomón”

En lo más profundo de un bosque de castaños asturiano, donde conviven centenarios y retorcidos troncos con altas y rectas piezas de más de medio siglo, crecen unos escasos ejemplares del Polygonatum multiflorum (L.) All., popularmente “sello de Salomón”, “lágrimas de David”… 
Sus flores blancas verdosas, pedunculadas, dispuestas de dos a cinco en la axila de cada hoja, en ramilletes laterales y arqueados, se ven en abril y mayo.
Los rizomas se han utilizado en medicina domésticas para tratar diarreas, gota, reuma, hidropesía… 


230.- Flor de “siempreviva”

Tiene la facultad la “siempreviva” (Sedum grandiflorum L.) de sobrevivir en las condiciones más extremas, lo que le ha valido su acertado nombre popular. 
Se cría en roquedos, muros, tejados… Es frecuente observarla puesta en macetas en las aldeas asturianas. 
Sus pequeñas flores de más de doce pétalos, amarillas con manchas rojizas, se agrupan en llamativas inflorescencias. 
Se le atribuyen múltiples virtudes, sobre todo por uso externo la de cicatrizar cortes, además las hojas frescas se aplican en sabañones, picaduras, callos, quemaduras.

231.- Flores de “algarrobo loco”

Llamado también “árbol del amor” (Cercis siliquastrum L., para los científicos), se trae aquí, que pretende ser de flores de especies silvestres o hace tiempo asilvestradas, por el peculiar lugar donde vegeta el arbolillo que dio las flores de las fotos, claramente “huido de cultivo”, creciendo entre la escollera y el muro que protege del Nalón, próximo a uno plantado en una plaza urbana y acompañado de otra media docena de cimarrones. 
Las flores rosadas, púrpuras, amariposadas y muy abundantes tienen la peculiaridad de nacer, antes que las hojas, directamente del tronco agrupadas en racimos.


232.- Espigas de Carex pendula Hudson

Las herbáceas suelen tener flores poco lucidas, por lo que aquí apenas les hemos prestado atención. Mas lo que dice O. Polunin del género “Carex”, al que pertenece esta “péndula” asturiana, se estima muy interesante, ilustrativo de la complejidad de la naturaleza y hasta “barroco”.
Escribe el botánico que se agrupan las flores “generalmente con varias espigas, las superiores por lo común masculinas, las inferiores femeninas, pero a veces las masculinas llevan unas pocas femeninas en la base o las espigas femeninas llevan algunas flores masculinas en el ápice. 
Las espigas solitarias llevan flores masculinas y femeninas, raramente son dioicas”. Palabras de Polunin.

233.- “Flor del sol”


En la ladera soleada y seca de un camino de aldea en las montañas de Asturias se fotografió esta hermosa flor de Helianthemum nummuliarium (L.) Miller, conocida popularmente como “perdiguera” y “flor del sol”. 
Lucía el amarillo dorado de sus delicados pétalos mientras los tallos se arrastraban por los suelos. Una planta mediterránea del mismo género, de popular nombre “hierba sana” –la H. lavandufolium- se usó en Andalucía en cocimiento como febrífuga. 
En su día se publicará el H. apenninum (L.) Miller, de flor blanca.


234.- Flor de “genciana de primavera”

Tiene la “genciana de primavera” (Gentiana verna L.) -tan distinta de la genciana amarilla (G. lutea)- una pequeña y hermosa flor azulada, que destaca por su intenso colorido, sostenida por un largo pedúnculo, con el cáliz tubuloso y un tanto dilatado en el centro, la corola en forma de embudo y en el ápice cinco lóbulos con una escama blanca entre ellos.
Crece en prados y pastos de montaña, y la de la ilustración en un talud de una pista ganadera a más de 1300 msnm.
El conocido libro de O. Polunin “Flores de Europa” lleva en la portada esta flor.



235.- Flores de Lathyrus nissolia L.


No se ven con frecuencia flores de esta leguminosa pratense (Lathyrus nissolia L.) en el entorno del redactor. 
A finales de abril crecían unas pocas plantitas en un seco y soleado prado, de esos que crean las obras civiles y luego, sin siega y sin pasto, son ocupados por el matorral.
Tiene unas hojas estrechas parecidas a las de las gramíneas, con flores, sobre los delgados tallos, de un intenso color carmesí y semejantes en forma a las de los guisantes.


236.- Flores de álamo (blanco)

Son los álamos blancos (Populus alba L.) árboles de gran altura que crecen en Asturias en lugares húmedos y no fueron muy apreciados en carpintería por ser éste territorio con excelentes maderas. Hoy la industria de la celulosa los utiliza, pero el eucalipto es competencia imbatible. Sus flores, diminutas, se reúnen en amentos. 
Los masculinos de color gris y carmesí mientras los femeninos son verdes pálido o amarillo verdoso y nacen en pies separados. Las flores de la ilustración cree el redactor que son femeninas muy maduras por el rudimento de fruto que se observa.


237.- Flor de “trinitaria”



La violeta común y abundante en los ribazos y prados de la Cuenca Minera Asturiana es la Viola odorata (ya tratada), pero en la cabecera del valle pueden verse estas hermosas flores de Viola tricolor L. de la que dicen procede los “pensamientos”, tan utilizados como ornamentales en los jardines. 





238.- Flores de “grosellero”

Para mucha gente la grosella (Ribes rubrum L.) es un fruto y una planta de cultivo, pero no es difícil encontrarla silvestre en las “sebes” de los bordes de los caminos de las montañas de Asturias y aún más frecuente en los altos valles de los de León. 
Es un arbusto de hasta 1´5 m. de altura cuyas flores, de pétalos menores que los sépalos, se agrupan en racimos. 
Los frutos -las grosellas- maduran en julio y agosto y con ellos se hacen jaleas y mermeladas adicionándoles azúcar. 
El jarabe se prepara con frutos frescos sin fermentar y constituye un buen aperitivo que se tiene por diurético y combatiente de las infecciones intestinales.ç

239.- Flores de Ranunculus peltatus Schrank.


Al poniente de las aguas de la laguna de Isoba se forma en los meses húmedos una charca que en abril y mayo muestra abundantes flores de esta hierba acuática que los botánicos llaman Ranunculus peltatis Schrank.
La planta anfibia contiene una sustancia muy tóxica para animales y humanos. En las personas el contacto produce dermatitis severas y los herbívoros se cuidan mucho de pastarlas mientras no pierdan su verdor.




240.- Flores de lunaria


Originaria del sur de Europa, e introducida como planta de jardín en gran parte de ella, crece naturalizada en Asturias. 
Tiene tallos erectos, cabezuelas de flores púrpura pálido en el ápice de los tallos erectos de más de medio metros. 
Los frutos comprimidos de perímetro elíptico o casi circular, paredes delgadas y nervios marcados le han valido el nombre de “planta de las monedas (o pesetas)”.



241. Flores de Hutchinsia awerswaldi

El nombre científico para designar a esta humilde flor se las trae: Hutchinsia awerswaldi Wilk. Se las trae tanto que el redactor no está seguro que sea la de la foto y, aunque leyó “endemismo cantábrico”, varias veces miró a ver si había escrito bien. 
Es una crucífera de flores blancas, pequeñas, abundantes, agrupadas en racimos terminales. 
Se ve en mayo profusamente en las tierras del río Silván, afluente del Porma leonés y D. T. Emilio Díaz y J. M. Fernández certifican su presencia en Asturias.


242.- Flores de Gagea lutea (L.) Ker-Gawler.


Estas humildes, bellas, pequeñas y delicadas florecillas, en ramillete terminal y flojo, difíciles de fotografiar por su pequeñez, pertenecen a una planta (la Gagea lutea (L.) Ker-Gawler) con hojas de sección circular, un poco carnosas y huecas, bulbosa a decir de los botánicos, que crecía aquí y allá, formado grupos, en una pradera de montaña a la que todavía no le había verdeado la hierba en el último día de abril.




243.- Flores de castaño de indias

Siendo el redactor niño se le llamaba en su entorno a los frutos del Aesculus hippocastanum L. “castañas enanas”, y había la creencia (y el temor) que si se comían uno no crecía. 
Los altos y frondosos árboles del castaño de indias proceden de los Balcanes y se introdujeron en el resto de Europa como árbol ornamental en avenidas, parques y jardines. 
Cuentan que se ha hecho espontáneo. Las perfumadas flores de pétalos blancos, coloreadas en los que en los extremos de amarillo o rojo, se agrupan en llamativas inflorescencias erectas de 15 a 20 cm. 
La madera es estimada por su calidad en carpintería.

244.- Flores de Oenothera rosea L‘Hér

La hierba es exótica, procedente de México y Colombia. Asturnatura dice que se localizó algún ejemplar en la costa asturiana. 
La presencia de esta única planta de Oenothera rosea L‘Hér., vista por el redactor en la Cuenca Minera del Nalón, puede que lo explique su asiento al lado de una carretera de intenso y variado tráfico, pues para ser “huida de cultivo”, lejos se encuentra de la población. 
En los países de origen es hierba medicinal muy utilizada en lesiones de la piel así como desinfectante y cicatrizante.



245.- Flores de “hierba de moro”

A principio de mayo vio el redactor florecida esta hierba de buen porte al lado de un arroyo. L
a tiene por la Scrophularia aquatica L. -que en algunos lugares llaman “hierba de moro”- dados los tallos marcadamente prismáticos cuadrangulares, los racimos flojos de sus pequeñas, hediondas y poco vistosas flores de corona globular teñida de rojo.
Es planta medicinal como vomitiva y purgante, para combatir la “escrófula” y como vulneraria. Aunque la más usada es su pariente la S. nodosa L.



246.- Flores de Adenostyles alliariae (Gouan) Kerner.

Vegetaba en un valle de Asturias una colonia de Adenostyles alliariae (Gouan) Kerner, plantas de más de un metro de altura, robustas, con exuberante follaje de hojas grandes, acorazonadas, de bordes dentados, creciendo en el ribazo rebosante de aguas y orientado al norte y en la cuneta que recoge el líquido rezumante de la ladera. 
Mostraban sus flores, de color rosa desvaído, agrupadas apretadamente en capítulos terminales. 
A algunas le habían cortado esta inflorescencia y dejaban ver el tallo cilíndrico ahuecado, como un tubo.


247- Flores de una orquídea

Tiene el redactor muchos problemas para identificar estas hermosas flores de orquídea. 
Mas se recuerda que, por el número, la ya respetable relación floral enviada tenía como finalidad principal la estética, mostrar la belleza de las flores, y en este género lo son especialmente. Por ello el atrevimiento, sea la imagen de la Dactylorhiza  maculata (L.), o de Orchis maculata L., o de cualquiera otra, pena da no mostrar la fotografía de espiga parcial de este ejemplar que crecía sobre el suelo de cuarcitas en la Ruta del Alba (Sobrescobio, Asturias).



248.- Flores de almorta (Latiro pratense)

La palabra griega clásica “lathyrus” hace referencia a un tipo de garbanzo que ha dado nombre a un género botánico. 
A este género pertenece la leguminosa “almorta” (Lathyrus pratensis L.), herbácea de tallos angulosos y poco firmes que necesitan apoyarse en otros. 
Sus flores amarillas, agrupadas de cuatro a diez en un eje que las mantiene separadas, tienen un cáliz tubular que acaba en cuatro dientes y recuerdan a las mariposas. 
Aparecen de mayo a agosto en prados, bordes de caminos y pastizales y es buena planta forrajera.

249.- Flores de “soldanella mayor”

En las arenas y gravas de las costas de Asturias es frecuente ver en mayo y junio las atractivas flores de la Calystegia soldanella (L.) R. Br. Es ésta de hojas carnosas y da unas campanillas solitarias de color rosa pálido con cinco estrías blancas en el interior, semejando una estrella.

Cuentan que los brotes tiernos de la planta se comen cocinados, pero advierten de sus efectos purgantes.




250.- Flores de Lathyrus laevigatus (Waldst). & Kit.) Fritsch.

A mi amigo D. César Rodríguez debo la identificación de estas flores, que ni en mi menguada bibliografía ni en la escasa oferta de las bibliotecas municipales conseguí encontrar.

La planta la localizamos en una sombría isleta de un conocido afluente del Nalón por la izquierda. 
En internet don J. Luis I. Garrote escribe que es “una papilonácea de talla media (como mucho 75 cm.) y tallo robusto… Grandes flores amarillas o anaranjadas con tintes rojizos… Frutos de hasta 7 cm., casi negros en su madurez… 
Crece en céspedes rocosos, sotobosques de hayas…”

251.- Flores de “pimpinela menor”

El año pasado se envió el comentario sobre la “pimpinela escarlata” con una fotografía tomada en las proximidades del Puerto de Tarna (Asturias-León).
Ahora presentamos la “pimpinela menor” (Sanguisorba minor Scop.) que tiene una cabezuela floral globular, un color menos rojizo y fue fotografiada a menos de 300 msnm en la Cuenca Minera asturiana, creciendo en el borde de un camino. 
Dicen los que de esto saben que las hojas tienen uso en ensaladas, las raíces se utilizan en infusión para tratar inflamaciones de garganta y diversas dermatitis, lesiones cutáneas y soriasis.

252.- Flores de tila

Universal es el conocimiento de que las infusiones de tila son remedio tradicional y eficacísimo contra la excitación nerviosa. Para preparar estas infusiones se utiliza la flor (y también la bráctea) del o la (como se le dice en Asturias), científicamente Tilia platyphyllos Scopoli.
“Las flores nacen al lado del pezón de la hoja, sostenidas por un largo cabillo que se dilata y forma a modo de una hoja larga y angosta, de un verde pálido, un poco coriáceas… en el extremo del prolongado cabillo nacen de tres a cinco flores…”. F. Quer, dixit.



253.- Flores de “nueda”

El Tamus communis L. abunda en #Asturias por sebes (setos) y matorrales, donde se le conoce como “uva de la culiebra”, “nueda”, “nuega” y en castellano se le nombra con el sorprendente “nuez negra”. Sus tallos tiernos crecen enroscándose y apoyando en las plantas vecinas.
Las pequeñas flores verde amarillentas se presentan en racimos alargados, las masculinas en pies distintos a las femeninas, pero no se distinguen. La raíz tuberosa fue utilizada en ralladuras en medicina popular para la elaboración de cataplasma en el tratamiento de contusiones, reumatismos y ciática.

El uso es peligroso.



254.-Flor de “castañuela”

El término “castañuela” que se le da a la Aetherorhiza bulbosa (L.) Cav. hace referencia, sin duda, a unos tubérculos blanquecinos y globulares que le sirven de reserva nutritiva en los periodos de carencia.
Se le dice también “avellana de tierra”, “patatilla”, “escozonera avellanada”…

Las flores de la fotografía –tan parecidas a las de otras compuestas- pertenecían, como se ve, a una planta enterrada en la arena del mínimo espacio dunar de una playa  asturiana.

255.- Flores de pulmonaria
Mostraba la pulmonaria (Pulmonaria longifolia (Bast.) Boreau), crecíendo a mediados de marzo en los bordes húmedos y orientados al norte de un ya frondoso bosque caducifolio asturiano, flores de color rosáceo que pronto cambian a azul, de cáliz y corola tubulosos, dilatada ésta en forma de embudo. 
Las flores se encuentran reunidas en apretado pero escaso número en ramilletes a la terminación de los tallos. 
Fue planta la pulmonaria muy apreciada en la medicina popular, en forma de cocimiento de hojas y flores, para combatir toda clase de catarros, sin embargo hay quienes entienden que no existe base científica para sostener sus virtudes.

256.- Flores de LysLimachia nemorum .


Nos dice Asturnatura que se le nombra “murajes amarillos” y el extraño de “pimpinela menor”, no encontrando el redactor parecido alguno con las pimpinelas que conoce. 
La colonia desí hacia justicia al especifico, pues se hallaba en el ribazo húmedo y sombrío de un bosque asturiano de caducifolias. 
Sus flores llamaban la atención, pues, aunque pequeñas, su color, número y aspecto hacían la visión agradable y atractiva.



257 Flor de “diente de león”


Pasada la primera quincena de septiembre siguen apareciendo en Asturias, aquí y allá, en los bordes del camino, algunas flores de los “diente de león” (Taraxacum officinalis L.), enhiestas sobre su cabillo hueco, y aún llegarán a madurar sus globos de vilanos a poco que el tiempo lo permita. Las raíces fueron en la cruel posguerra sustituto de la achicoria, a su vez sucedáneo del café, también se consume como hortaliza en ensalada.
Fue planta muy empleada en medicina.




258.-Flores de verónica (de los prados)


Ya se trató en estos apuntes sobre la “verónica pérsica” el año pasado. Ahora traemos la imagen aquí de la Veronica chamaedrys L., “verónica” y “verónica de los prados”, herbácea nativa de Europa y Asia septentrional, de tallos tumbados y enraizantes que alcanzan los 25 centímetros del suelo y muestra en mayo sus graciosas y pequeñas flores con cuatro pétalos azules y el centro blanco. Es muy frecuente en Asturias en prados, bordes de caminos, claros de bosques. Algunas verónicas (officinalis, beccabunga, arvensis…) se usaron como medicinales.medicinales.



259.- Flores de Silene nutans L 



Son abundantes las silenes en Asturias –donde reciben el nombre de “restallones-, sobre todos la especie vulgaris y menos la dioica. 
Las correspondientes a la ilustración, Silene nutans L., escasean, al menos en el Valle del Nalón, y las fotografiadas se encontraban al lado de la principal vía de comunicación y en suelos de su trazado, lo que hace sospechar que las semillas fueron traídas por algún vehículo no hace mucho tiempo. Las flores de esta planta cuelgan en panículas poco apretadas y tienen cinco pétalos que suelen enrollarse hacia afuera.



260.- Flor blanca de centaurea.


La flor de centaurea albina que adjunto es, para mí, rarísimo ejemplar. Las centaureas (Centaurea aspera L.) tienen color rosa, rojo o morado, más o menos intenso, pero no blanco.
El lugar donde se fotografió está en el Valle del Nalón (Asturias), a una altura no superior a los 270 msnm, en un suelo de composición semejante al que crecen las comunes y con la misma orientación e insolación.
Ni la altura, ni el suelo ni la orientación parecen causa de su coloración.



261.- Flores de “rueda de santa catalina”


Recibe tan piadoso nombre la Thapsia villosa L., también conocida como “cañareja hedionda”, “zumillo” o “tuero”.
Es una robusta umbelífera de más de un metro de altura que surge de un potente y profundo nabo. 

Sólo las flores de las umbelas apicales tienen estambres y pistilos, mientras las laterales poseen sólo estambres, no llegando a dar fruto. Cuentan que la resina de las raíces es un purgante violento y vomitivo.




262.- Flores de Parentucellia viscosa.


Es esta “parentucelia” planta que dicen semiparásita y poco frecuente en el entorno del redactor -la #Cuenca#Minera#del#Nalón #Asturias)¡- donde apenas vio media docena de ejemplares. 
La flor se presenta en inflorescencia de espiga, tuberosa, pegajosa, amarilla, abierta al exterior por dos labios, el inferior más largo, y pronto marchita. 
Científicamente se le denomina Parentucellia viscosa (L.) Caruel, Bellardia viscosa. Bartsia viscosa…



263.- Flores de búgula piramidal.

Muestra la búgula piramidal (Ajuga pyramidalis L.) una inflorescencia densa que semeja ese cuerpo geométrico, con brácteas ovales de color vivo violeta, más largas que las pequeñas flores azul violáceo claro, a las que casi ocultan.
 Crece en prados y pastizales de Asturias y las de la ilustración fueron fotografiadas a principios del mes de junio a más de 1600 msnm en suelos silíceos y orientación soleada.





264.- Flores de Ornithogalum pyrenaicum L.


En una pradera de Asturias, que fue de siega hace años y hoy aparenta recibir un somero pasto, al lado de un molino derrumbado, crecen cuatro o seis matitas de Ornithogalum pyrenaicum L., liliácea de tallo delgado y flores estrelladas, pequeñas, blanco verdosas, numerosas, dispuestas en una inflorescencia floja y alargada.
Al redactor, meditando sobre la ruina del ingenio hidráulico que fue enorme progreso, casi le pasó desapercibida la planta.




265.- Flores de “carquexa”


El Chamaespartium tridentatum(también Genistella t. Sampayo), vulgarmente llamada “carquexa” en Asturias, es planta medicinal de renombre en la botica popular para tratar la gripe, las afecciones bronquiales y pulmonares, la gota, la perlesía; con virtudes laxantes. diuréticas y muchas más. Arbusto muy ramificado, de tallos sin hojas y con unas alas verdes que se contraen en los nudos formando tres características prominencias o dientes (de ahí lo de “tridentatum”), crece abundante en la montaña asturiana sobre terrenos silíceos.




266.- Flores de orquídea albina.


Aunque la Orchis mascula L., especie al que se cree pertenece las flores de la fotografía, se trata en otro lugar, quiere traerse aquí este ejemplar albino. 
Escribe S. Tomás Díaz que “raramente las flores de O. mascula presentan una tonalidad blanquecina, lo que significa ausencia de pigmentación en esa zona”.
Alrededor de la planta blanca vegetaban a finales de mayo hasta una docena de orquídeas de la misma especie pero con la espiga rojo pálida.



267.- Flor de Fritillaria pyrenaica L. 

Del latín “fritillus”, que significa “cuenco”, procede el genérico de esta plantita (Fritillaria pirenaica L.) y la forma de su flor se ajusta a la etimología.
Se hallaba la fotografiada, solitaria, a principio de junio en la ladera del Remelendi, a más de 1600 msnm.
El tallo posee en la base cinco o seis hojas y luego se desnuda.
La flor es grande, de aspecto acampanado, dividida la corola en seis piezas ligeramente vueltas hacia fuera, tres externas más anchas.
Crece en matorrales, pastizales y es poco frecuente en Asturias.


268.- Flores de “juliana”.

De esta vigorosa crucífera, científicamente Hesperis matronalis L. y vulgarmente “juliana” y también “matronal”, es fácil de ver sus racimos de persistentes y abundantes flores, que en Asturias suelen ser blancas, en los bordes de caminos, prados, huertos.
Las que se presentan, a principios de mayo se fotografiaron.
Al decir de los botánicos es especie de caracteres variables.
Medicinalmente se tiene por planta de grandes virtudes: antiescorbútica, diurética, expectorante, sudorífica, rubefaciente… usada en las afecciones pulmonarias, renales, dermatológicas…


269.- Flores de “xuncu”.


Como “xuncu” se conoce en varias zonas de Asturias lo que en castellano se le dice “junco del cuco” (Juncus effusus L.).
Es una de las juncáceas más frecuentes y crece en lugares muy húmedos, desde la costa a las tierras altas.
Con sus tallos ensayamos los niños de las aldeas de Asturias manualizaciones de entrelazados cuando la posesión de cordeles era un lujo.



270.- Flores de “gorbiza”.

A la planta se le dice también “gallarita”, “gallarito”, “piojo del pobre”… De nombre científico Pedicularis sylvatica L., el genérico viene del latín pediculus (piojo) y parece que deriva de la creencia de que su consumo por el ganado lo infectada de piojos.
Se le ve florido, medio oculto entre las hierbas, a mediados de mayo en los pastizales húmedos, brezales y linderos de bosques del Alto Nalón (Asturias), sobre suelos pobres en nutrientes, con sus tallos tendidos, sus flores de cáliz tubular inflado y la corola rosada y bilabiada.



271.-  Flor de margarita del Cabo.


En la playa de La Espasa (Caravia, Asturias) se ve en el extremo del arenal, frente a la zona de aparcamientos y chiringuito, una amplia colonia de Arctotheca calendula (L.) Lecyns, llamada vulgarmente “margarita africana” y “margarita del Cabo” por ser especie originaria de Sudáfrica, asilvestrándose el siglo pasado en España en estos medios arenosos litorales.
Sus flores se reúnen en capítulos grandes y llamativos, las externas son estériles y amarillas y las internas hermafroditas y negras.
Florece de mayo a junio.


272.- Flores de brunela.

Relativamente abundante en los prados y zonas herbosas y húmedas de Asturias la Prunella vulgaris L. es una labiácea de flores color azul, variables en intensidad, que se agrupan al final del tallo formando una espiga ancha de aspecto globuloso alargado.
La corola tiene dos labios, el superior en forma de casco y el inferior hendido en tres lóbulos.
Planta que se tenía por vulneraria, astringente y muy eficaz para tratar hemorroides.



273.- Flores de rúcula.


Es frecuente ver complejas ensaladas en los puestos de verduras de los cadenas de alimentación. Algunas de ellas llevan “rúcula” (Eruca vesicaris (L.) Cav.), una crucífera que ya cultivaban los romanos y a la que creemos pertenece la flor que ilustra este comentario y que fue tomada en la orilla del Nalón de una planta silvestre.





274.- Flor de “azahar de la China”.

En unas instalaciones medio arruinadas de la mina de hulla cerrada a finales de los años sesenta en la Cuenca del Nalón (Asturias), vegeta, asilvestrado, como herencia de un pasado en el que fue adorno, un frondoso arbusto de “azahar de la China” (Pittosporum tobira (Rhumb.) W. T. Aiton).
Esta planta procedente de China, Japón y Corea fue introducida en Europa como ornamental. 
Sus flores, dispuestas en corimbos, son muy olorosas, frecuentadas por los insectos y están dotadas de cinco pétalos blancos o ligeramente amarillos.



275.- Flores de “campanillas estrelladas”

No nos formemos un lío, uno es la “campanilla de León” (Campanula rotundifolia L. subsp. Legionensis) y otra la “campanilla estrellada” (Campanula arbatica Lag. subsp. arvatica).
Ambas parece que fueron identificadas en Arbás (Pajares), la primera por Carlos Pau (1928), la segunda por M. Lagasca (1803), y ambas son endemismos solo distribuidos en la cordillera cantábrica. 
La primera ya la hemos tratado (véase el nº 324), la segunda es de la que tratamos ahora. Crece frecuentemente en fisuras y rellanos de los roquedos calizos extraplomo, buscando exposiciones soleadas.


276.- Flores de “bledo” (rastrero).


A finales de agosto es frecuente ver en Asturias el “bledo” (Amarathus deflexus L.) en los bordes de los caminos, tierras de cultivo, en lugares nitrificados y hábitat perturbados.
Está considerada mala hierba vivaz procedente de América y hoy totalmente naturalizada en las regiones templadas europeas.
Las inflorescencias tienen forma de pluma, con muchas flores pequeñas y verdosas.



277.- Flores de “hortalana montés”

“Hortalana montés” se dice en Asturias a la “escorodonia”, “camedrio de los bosques”, “escordio bastardo”, “hierba de la coca”… (Teucrium scorodonia L.).
Es esta plantita perenne, erecta, arbustiva con larga inflorescencia espiciforme; flores blancas, crema o amarillas; corola bilabiada con el lóbulo superior mucho más largo. 
Crece en un amplio hábitat: sotobosques, brezales, herbazales, pastizales, bordes de caminos… sobre suelos tanto silíceos como calizos.
Usado en medicina popular como tónico y diurético, parece que también es eficaz contra la hidropesía.

278.- Flores de “gatuña”

La “gatuña” (Ononis repens L.) crece en campos y baldíos y es leguminosa mala hierba de los cultivos, con raíces extensas y difíciles de erradicar, tallos estoloníferos con espinas tiernas y flores que se pueden ver en Asturias a partir de junio en los ribazos de los pastizales de montaña. 
La fotografiada lo fue al lado del Pozu Sotón (Cuenca Minera del Nalón), donde vegetan tres o cuatro plantas al borde del sendero. F. Quer habla de ella como planta medicinal de amplio espectro de la que se han utilizado en cocimiento todas las partes como diurética, contra el reumatismo articular, para tratar las afecciones de las vías urinarias y la vejiga, para combatir la formación de cálculos…

279. “Flor de abeja”

Dice D. Emilio Díaz que entre las más llamativas de las orquídeas se encuentran las del género Ophrys, de las que se conocen cuatro especies en Asturias, la más frecuente la O. epifera  Huns.
La planta de la que se fotografió la flor de la ilustración, crecía, solitaria, en el borde húmedo de una pradera, limítrofe a un sendero peatonal semiurbano. 
El redactor da fe que es la primera vez de su vida que tiene conciencia de haberla visto. Las flores de este género imitan la hembra del insecto polinizador, distinto según la especie


280.- Flores de “guante de doncella

Tiene una larga sinonimia popular este Verbascum blattaria L
Se le dice “blataria menor”; “cucaracha real”, “blanca” y “montesina”; “gordolobo macho” y “polillero”; “yerba de la polilla”; el sugeridor “guante de doncella” y etc.
 Mientras su pariente el V. pulvurulentum es abundantísimo, el “blattaria” escasea en el entorno donde se mueve el redactor. Sus hermosas flores se disponen en racimo, por lo general simple y el ejemplar de las flores de la fotografía crecía en la cuneta de un camino de Asturias a mediados de junio.



281.- Flores de “rabo de toro”


Se le dice “jopo” y en algunos lugares “matalegumbres” porque es planta el Orobanche minor Sm. que parasita a leguminosas, gramíneas y compuestas. Crecía en una pradera de Asturias acompañado de otros de su especie, florido a mediados de junio. El año pasado se publicó lo que el redactor cree es el "orobanche" parásito de las genistas (O. rapum-genistae). Los botánicos cuentan que estos vegetales son de una variabilidad extrema.





282.- Flores de “esparceta”

La “esparceta” (Onobrychis viciaefolia Scopoli) se conoce por “pipirigallo” y “arbeja de asno”, entre otros nombres populares. Se trata de una leguminosa forrajera rica en proteínas, apetitosa para las abejas, muy cultivada. La alta y erecta mata de la que se fotografiaron estas flores amariposadas, dispuestas en racimo, era cimarrona, se encontraba en el borde de un camino al lado de unos pastizales que ya hacía tiempo habían abandonado su condición de prados de siega. Medicinalmente se usó como aperitiva y sudorífica.




283.- Flor (masculina) del “nabo diablo”, también “nueza”

De la familia de las calabazas, la Bryonia dioica Jacquin se encuentra en sebes (setos) de Asturias sobre suelos fértiles y húmedos. Las flores, como su específico indica, aparecen con los sexos separados en distintas plantas. Las masculinas son mayores, nacen sobre un ramillete y sus cabillos son más largos. 
Las femeninas, más pequeñas, nacen sobre una esferita verde que se convertirá en el fruto. Toda la planta es muy tóxica y también, como tantas otras, medicinal, siendo usada como purgante violeto y como diurética.




284.- Flores de (otra) falsa ortiga.


Varias son las especies que reciben el nombre más o menos popular de “falsa ortiga”, y algunas llevan el calificativo de “hediondas”. Para mí quien más merecido lo tiene es el Lamium hybridum Vill., que al apretar sus hojas y tallos despide un repulsivo olor, sin embargo a sus flores acuden muchos insectos, entre ellos las abejas.






285.- Flores de “frambueso”

En los claros de los bosques de las montañas asturleonesas, especialmente en las suelos al pie de los taludes de las pistas forestales -enriquecidos por las tierras que se desprenden- y en los setos, no es infrecuente encontrar plantas de Robus idaeus L., “frambueso”, más débil que la zarza común y con espinas menos punzantes. 
Algunas variedades son cultivadas hoy como pequeño fruto destinado a la elaboración de confituras y licores. En medicina, conviene su uso contra el estreñimiento o en los reumatismos articulares. A mediados de junio mostraba sus racimos de flores blancas como las de la ilustración.


286.- Flores de “heliantemo”

Cree el redactor que esta bella flor, con pétalos agujereados por el maltrato del tiempo, pertenece al Hellianthemum apenninum (L.) Miller. 
Se trae aquí más por su hermosura que por la seguridad en su correcta clasificación. Fue fotografiada en la montaña oriental leonesa y está catalogada como especie presente en la parte asturiana de los Picos de Europa. Distínguese, al decir de Polunin, del H. nummularium(ya publicado aquí con el nº. 232) por la blancura de sus flores.




287. Flores de “beleño negro”

Esta es una especie botánica continente de poderes legendarios, con acrisolado prestigio mágico. Y merecido, al decir de los botánicos y químicos, pues posee propiedades estupefacientes y es uno de los narcóticos de más antiguo conocimiento, de uso obligado en las pócimas de las brujas, a las que sirvió de eficaz medio para “volar”. 

En medicina tradicional se usó, por ejemplo, en el tratamiento de las caries. Más de dos decenas de frondosas plantas, profusamente floridas, se alineaban, mediado junio, a lo largo de una sebe que separaba una pista ganadera de los prados próximos a una localidad de montaña en la cordillera cantábrica.

288.- Flores de “hierba sanjuanera”


Hacia la festividad de S. Juan, por el solsticio de verano, florece el Galium verum L., de donde le viene el vernáculo de “hierba sanjuanera”, también “galio” y “cuajaleche”, aludiendo esto último a su pretendida virtud coagulante que propició su uso en la fabricación de quesos. Planta no muy frecuente en la Cuenca Minera asturiana, destacaba en medio de aquella pradera de altas hierbas por el intenso amarillo de sus racimos de pequeñas y densas flores que despiden un delicado aroma a miel.



289.- Flores de “euforbia de los bosques”

Hasta 22 especies de“euforbias” crecen, según Polunin, en Europa. Con el número 179 de este opúsculo se trató de la E. hyberna L. y con el 196 de la E. lathyris L
Ahora traemos la imagen de las flores de la Euphorbia amygdaloides L., “tártago del bosque”, especie muy frecuente en la Cuenca del Nalón (Asturias), de flores con brácteas amarillas en umbela terminal con varias laterales de menor tamaño.




290.- “Flor de hombre ahorcado (o colgado)”


Estas flores con tan macabra denominación, dispuestas en espiga delgada, pertenecen a una orquídea (Aceras antropophorum (L.) Aiton) en cuyo labelo se ha querido ver la figura que dio lugar al nombre. Crece en los pastizales calcícolas de la zona central de Asturias y ésta fue fotografiada en el Alto Nalón, en un herbazal todavía no pastado a finales de junio. 
Discreta, apenas destacaba, y la característica de sus flores sólo se aprecia dedicándole atención. No es abundante pero tampoco excepcional.





291.- Flores de “enredadera de Virginia”.

También “parra” y “viña virgen”. Cuando se dice Virginia, se dice Virginia USA, ya que la Parthenocissus quinquefolia (L.) Planch., procede de este país, aunque la fotografiada es ejemplar cimarrón adaptado, desde hace mucho y totalmente, al medio ambiente de Asturias. 
Vegeta la enredadera al lado de un puente minero, desparramándose frondosa por el suelo a falta de soporte por el que trepar. 
Fue traída para los jardines de la empresa minera y, acabada su función ornamental, se naturalizó y tiñe en otoño con sus llamativas hojas rojas el suelo que la nutre.


292.- Flor de “árnica”

Conoció el redactor la “árnica” (Arnica montana L.) –llamada “estornudera”, “tabaco de montaña”, “flor de tabaco”…- referido a un remedio médico sin saber nada más de ella, ni sospechar que se tratara de una planta cuya flor pudiera ver en su entorno asturiano. 
Tanto las flores como los rizomas, provistos de un principio activo llamado arnicina, gozaron de mucha y antigua fama como excelente remedio medicinal, en aplicación externa para la curación de todo tipo de contusiones (golpes, chinchones, torceduras…) e internamente como estimulante cardiaco y antipirético.


293.- Flor de brunela alba.


Además del semiculto nombre de “brunella alba”, la Prunella laciniana L. recibe los más confusos de “brunela”, “hierba de las heridas”, “hierba del carpintero”... y la poética “yerba de la doncella”. Acostumbrado a ver las abundantes espigas de la de la Brunella vulgaris, llamó la atención del redactor la blanca corola de esta escasa hierba, vegetando en el empinado talud de una carretera en la montaña asturiana mediado el mes de junio.




294.- Flores de “alfilerillo de pastor”

Vuelve a florecer sobre la parcela del jardín urbano, hace dos meses segada, las pequeñas flores rosa pálido, agrupadas de tres a seis, del resistente Erodium malacoides (L.) L’Héritier, popularmente conocido como “alfileres del pastor” por la forma de sus semillas que acaban en un largo pico de más de dos centímetros, nombre popular que reciben otras especies del mismo género como el E. cicutarium.
El zumo fresco de este último fue usado en medicina como astringente y hemostático.



295.- Flores de “geranio cortado”


Con tan ambiguo nombre vernáculo se conoce el que llaman los científicos Geranium disecctum L. En este opúsculo ya se presentaron en su día las flores del Geranium sanguineum L., de la “hierba de S. Roberto” y del menos frecuente Geranium rotundifolium.
En Asturias se le considera “mala hierba de cultivo” y es relativamente frecuente verla en esos lugares y en prados y bordes de caminos luciendo sus pequeñas flores.



296.- Flores de una orquídea sambucina (amarilla).
En el húmedo pastizal de la ladera de una elevada montaña asturiana vimos, a finales de mayo, una única y pequeña planta de esta orquídea amarilla que identificamos como la que lleva el nombre científico de Dactylorhiza sambucina (L.) Soo
El nombre genérico viene del griego dactylos (dedo) y rhizos (raíz) por la apariencia de sus tubérculos. 
Dicen los botánicos que esta especie, al estar desprovista de néctar para la polinización por insectos, recurre al mecanismo de atracción dando a las flores, que se presentan en compacto racimo, la apariencia de nectaríferas.



297.- Flores de “jazmín silvestre”


Con el nombre de “jazmín silvestre” se conoce en jardinería la Saxifraga trifurcatam Schrad., pequeña planta que crece abundante en los roquedos calizos de Asturias desde el nivel del mar hasta los 1500 m de altitud, aunque abunda más en el montano, sobre suelos secos y escasos de nitrógeno. Parece que el término “saxifragas” se tomó de la propiedad que se le atribuía a dichas plantas de romper los cálculos renales (saxi=piedra y fraga=romper).



298.- Flores de “hierba de la sangre”

De nombre científico Lysimachia vulgaris L., en el que el genérico hace alusión a la supuesta capacidad de la herbácea para “desbaratar controversias”, la “hierba de la sangre” debe el nombre popular a su virtudes hemostáticas. 
Se le dice también “lisimaquia”, “lisimaquia amarilla”, “hierba de las acequias… La matita a la que pertenecen las hermosas flores pentapétalas de la ilustración crecía a mediados de julio con las raíces en el húmedo suelo de la orilla del Nalón (Asturias), bajo el denso sombreado del bosque de ribera. Además de sus virtudes medicinales, también produce un pigmento amarillo.

299.- Flores de “siempreviva montana”

La vertical pared de dura roca arenisca se orienta al levante. Entre sus grietas y salientes se forma un escaso suelo que pierde la humedad en cuanto deja de llover. 
En ese suelo crece una colonia de siemprevivas (Sempervivum montanum L.) de carnosas hojas dispuestas en estrella de las que surgen, en este final de julio, tallos floríferos coronados por media docena de flores de pétalos rosa rojizo. Como otras “siemprevivas” (v. g. la S. tectorum L.), esta crasulácea tuvo uso medicinal para sanar cortes, sabañones, úlceras, callos…


300.- Flor de Centaura nigra L. “bicroma”


Para, digamos, celebrar la publicación de la flor número 300 (que sería ésta) y próximo el final, se me ocurre una Centaura nigra L., que no es “nigra” sino una bella rareza albomorada. También el pasado año se envió una centaura albina, otra extravagancia botánica. Bueno, y llegados a aquí (¡trescientas!), confesemos (o declaremos) que es falso que sean tres centenas, pues está mal numerado como atentamente me indicó D. Ángel.




301.- Flores de “calzas de lobo” 


Escasa es la presencia de esta planta perteneciente al dominio atlántico y endémica de las cordilleras de norte de España creciendo en pastizales y pedregales, en los que suele destacar por su tamaño. Tiene la Digitalis parviflora L. nombres vernáculos confusos como el de “calzones del cuquiello”, también “calzas de lobo”. 
Al igual que su más conocida familiar la D. purpurea, el contacto con sus hojas puede producir una reacción alérgica y la ingestión una grave.



302.- Flores de Stachys sylvatica


También esta falsa ortiga (Stachys sylvatica L.) recibe el calificativo de “hedionda”, y lo tiene con motivo pues al frotar los tallos despiden un desagradable olor, aunque para el redactor no lo es tanto como la de Lamium hybridum Vill., de la que ya tratamos. 
Se cría en zonas umbrosas. 
Las flores labiadas se disponen en una espiga larga y vellosa, más apretadas en la cima, de color vino clarete.



303.- Flores de “tupinambo”

Dice la Universidad Pública de Navarra que la “aguaturma”, “tupinambo” o “pataca” (Helianthus tuberosus L.) “…se reproduce vegetativamente mediante sus rizomas tuberosos (…). Fragmentos de éstos son fácilmente transportados por el agua de los ríos…”. 
Y en la ribera del Nalón (Asturias) crecía el ejemplar de la flor de la ilustración el último día de agosto. 
Especie originaria de Estados Unidos, se considerada invasora y de difícil erradicación, por ello está prohibida su introducción en el medio natural. 
En el entorno del redactor es muy escasa. Los tubérculos tienen uso culinario, medicinal y la planta ornamental.

304.- Flores de chirivía. 


Es la chirivía (Pastinaga sativa L.) planta que puede alcanzar el metro y medio de altura, cultivada desde tiempo de los romanos para aprovechar su raíz, carnosa y dulce, parecida a la de las zanahoria pero de color blanco, como hortaliza y para el ganado. 
En Asturias es frecuente encontrarla silvestre en bordes de caminos y parajes herbosos, no siendo comestible. Las pequeñas flores de pétalos amarillos se presentan en umbelas. 
Medicinalmente se tuvo por diurética y aperitiva.


305.- Flores de castaño

El pasado de Asturias es inconcebible sin la vaca y, para quienes nos criamos por debajo de los 500 msnm, sin “la castañal”. Árbol generoso, proporcionó abundante alimento a hombres y animales; madera fuerte, bella y duradera para la construcción; para los enseres; como combustible… 
Las flores masculinas de la Castanea sativa Miller quedan agrupadas en amentos derechos e interrumpidos, en la base se sitúan las flores femeninas, con un número de entre tres y siete, dando lugar al erizo en cuyo interior están las lustrosas castañas.
 Hoy las enfermedades y el abandono hacen peligrar la especie.


306.- Flores de “hierba de san simón”


La colonia de Circaea lutetiana L., vulgarmente “hierba de san simón”, crecía entre el borde del bosque mixto de caducifolias y la pradera ya avanzado julio. 
Sus humildes flores, dispuestas en racimos terminales, se iban transformando en pequeños frutos ovoides recubiertos de unas cerditas rígidas que le servirán para facilitar a su dispersión.




307. Flores de “evónimo japonés”


Comentábamos el año pasado al hacer la serie de frutos, que no era extraño encontrar asilvestrado en ciertos lugares de Asturias el “evónimo o bonetero japonés” (Evonymus japonicus Thynb.), arbusto procedente del Extremo Oriente, muy usado en jardinería por sus perennes y doradas hojas, no por sus pequeñas y nada llamativas flores. 
A finales de julio se encuentra en plena y abundante floración.




308.- Flores de Hypericum nummularium L. 


En la tierras altas de la Cordillera Cantábrica, sobre suelos calcáreos y húmedos, en julio, aunque escasea, no es difícil ver las flores del Hypericum nummularium L.
Si se les dedica un poco de tiempo de observación se apreciará la sutil hermosura que poseen, con estambres muy numerosos y largos.
 En el campo de lo práctico, es hierba con múltiples virtudes, muy eficaz en el tratamiento de ulceraciones, quemaduras y heridas. 
De sus flores se puede extraer una materia colorante, al decir de Polunin.



309. Flores de “meliloto blanco”

El año pasado se trató aquí del Melilotus officinalis, de flores amarillas. 
Ahora traemos el “meliloto blanco” (Melilotus albus Medik.), “trébol de Santa María”, herbácea de elevado porte que puede llegar hasta el metro y medio, sobresaliendo entre el herbazal frondoso que crece en los extremos del camino, con frecuencia paseo del redactor. 
Las diminutas flores blancas, amariposadas, se muestran en poco apretados racimos terminales que nacen en las axilas de las hojas superiores y son más largos que ellas.
 Las sumidades floridas se usaron en infusiones para combatir la tos y como diuréticas.

310. Flores de malva mostacha.

En dos ocasiones el año pasado se publicó la malva común (Malva sylvestris L.) en estas páginas, por error del redactor. Éstas que se presentan ahora son de la “malva mostacha” (Malva mostacha L.), una especie que los botánicos tienen por variable, menos arbustiva, de menor porte, con flores de corola grande de cinco pétalos rosados, escotados, de nervios muchos menos marcados y oscuros que la “silvestre” y que soporta bien la siega. 
Florecerá todo el verano, a poco que el tiempo venga húmedo, en los bordes de los caminos, prados, herbazales.


311.- Flores de “revientabueyes”. 


Resulta llamativo y sugeridor este nombre vulgar de “revientabueyes” para la Bupleorum fruticosum L., como también lo son los de “matabueyes”, “cuchilleja”, y el más moderado y apropiado, por parecido, de “adelfilla”. 
Se trata de un arbusto de buen porte, endémico del Mediterráneo y abundante en la zona central de Asturias en los eriales, sobre todo en las viejas escombreras de hulla de la Cuenca Minera. 
A mediados de julio mostraba umbelas con pequeñas flores de color amarillo y una banda media castaño.


312.- Flores de “canchalagua española”

Elige el redactor esta denominación vernácula para la Blackstonia perfoliata (L.) Hudson, por lo sonora, pero dicen que también se le denomina con el confuso nombre de “centaura”, al que se añaden los complementos de “amarilla”, “de flor amarilla”, “menor de flor amarilla”, “grega”… 
El específico de perfoliata hace alusión a la característica disposición de sus hojas, soldadas de tal forma que dan la sensación de que el tallo pasa a través de ellas (perfoliatas). 
Es fácil hallarla en el Valle de Nalón (Asturias). 
Dicen que se obtiene un colorante amarillo y que se usó como medicinal.


313.- Flores de Allium carinatum. 

Se lo pensó el redactor para publicar estas flores y se siente en la obligación de explicar el motivo. Se lo pensó, pues seguro de que es un “allium” (el olor lo delata), no lo está tanto de que sea “carinatum” (Allium carinatum L.). En lo que sí tiene seguridad es en sus condiciones de silvestre y escaso: silvestre por el lugar en que lo fotografió, en el Valle del Nalón (Asturias), al borde de un bosque, alejado de la población; escaso pues solamente vio otra colonia de cuatro o seis plantas, éstos al lado de una abandonada vivienda, entendiendo entonces que pertenecía a ejemplares asilvestrados.



314.- Flores de “balsamina”

Dentro de las suculentas o crasuláceas, publicanos el año pasado las inflorescencia del Sedum telephium que ofrece bastante parecido con esta “balsamina”, “herba da pedra” para los gallegos, Sedum anglicum Hudson en la nomenclatura científica, de menor tamaño y hojas más modestas. Crece abundante en toda Asturias, en muros y roquedos, sobre suelos pobres de variado sustrato y es uno de los primeros colonizadores. 
Sus flores son pequeñas, de cinco pétalos lanceolados, generalmente blancos aunque también rosados. 
Como todas las de su género, sirvió para limpiar y encorar las heridas.


315.- Flores de “canónigo”


Éstas que se presentan son las flores del “canónigo” silvestre (Valerianella locusta L.), aquel que cultivado se comercializa para entrar en la elaboración de las sofisticadas ensaladas contemporáneas, vendidas por multinacionales con promesas de salud. 
En el Valle del Nalón (Asturias) crece en primavera abundantísima sobre los suelos más pobres de las praderas, bordes de caminos y de los bosques.




316.- Flor del "pensamiento de Palencia”


En el seto separador de fincas que con posterioridad a la siega destaca en la pradera, a finales de julio se podían ver las flores de la “violeta de Palencia” (Viola bubanii Tumb. Lagr., también Viola palentina Losa), luciendo su corola azulada, más intensa en los nervios, con garganta blanquecina y un espolón en uno de los cinco pétalos.
Aunque cueste creerlo, dicen los botánicos que el Principado de Asturias tiene hasta 18 especies de violetas, de la que ésta es poco abundante y propia de suelos ácidos de montaña.


317.- Flores de “venceveneno”


En la frecuentada “Ruta del Alba” (Sobrescobio, Asturias), en el suelo que forma el cono de deyección de un pequeño torrente, crecía, florida a principios de junio, una mata de “vencetósigo” (Vincetóxicum hirundinaria Medik.). Las flores blancas tienen aspecto estrellado, con la corola de cinco pétalos triangulares soldados en su base y en el interior se forma una especie de corona de cinco segmentos redondeados.
Es planta venenosa, también utilizada como medicinal diurética, sudorífica, expectorante y depurativa.


318.- Flores de “mentranzu”

Vegeta abundante la Menta rotundifolia L., -conocida popularmente como “mestranzu”, “mastranzo”, “hierba sapera”, “matapulgas”…- en lugares húmedos, en los bordes y cunetas de los caminos, escombreras y en las orlas de bosques de la Cuenca Minera del Nalón.
Es de olor desagradable y las flores se disponen en una especie de espigaS opuestas en los extremos de los tallos. Son pequeñas, violeta blanquecino de color. 
Medicinalmente, dice F. Quer, tiene las “mismas virtudes que la hierba buena, pero atenuadas y, por su aroma, pervertidas”.


319.- Flor de “clavel de monte”


En los pastizales de diente del piso montano asturiano, sobre suelos poco profundos, ricos en carbonatos de calcio, y en las rocas que los rodean crece una variada flora.
Entre las especies se encuentra el Dianthus monspessunalus L., llamado “clavel de montaña”, “clavelina” “clavelina deshilachada” y “clavellina de Montpellier”. 
Tiene hermosas y perfumadas flores rosadas o blanquecinas de hasta 2’5 cm de diámetro, con pétalos hendidos en dientes estrechos.


320.-Flor de Geranium subargenteum Lange 


Dice una guía de flores usada por el redactor que el Geranium subargenteum Lange, vulgarizado como “geranio de pétalos estriados”, es en Asturias especie rara.
La flor que acompaña este texto se fotografió en los suelos calizos a la misma vera de la Fuente Muñoz, en el puerto de la Fonfría, muy cerca del límite con Asturias, al lado de los ricos pastos del Arcenorio (Ponga), 1600 m. sobre el nivel del mar. 
Su belleza salta a la vista.


321.- Flores de “cenizo”
Hasta cerca de ochenta sinónimos vernáculos en lenguas de la península Ibérica contó el redactor que había para nombrar el Chenopodium álbum L. Bosc ex Moq. Asombra el número. Entre ellos las voces bable “ciniplun” y “mestranzu”, o las expresivas y sugerentes “engordagochos” o “flor de sardina”. 
Es el “cenizo” mala hierba que crece abundante y alta en Asturias a finales del verano en sembrados, bordes de caminos, suelos alterados… 
Las poco vistosas inflorescencias forman panículas con glomérulos de flores masculinas y hermafroditas.
Como medicinal se tenía por laxante, diurética, sedante…
En años de hambre, semillas de esta especie se mezclaron con la harina.

322.- Flores de “oreja de ratón"


 Llamado también “melosilla”. En el Cerastium alpinum L. (o C. arvense (L.) Benth.) los tallos erectos durante la floración pueden alcanzar los 20 cm. 
Sus hermosas flores grandes, solitarias o agrupadas de 2 a 5, se colocan en la cima, con pétalos abombados, cuneiformes, bífidos, de lóbulos angostos. 
Evidentemente, el epíteto “alpinum” hace alusión a su hábitat. 
Esta imagen fue tomada en la Cordillera Cantábrica por encima de los 1300 m de una planta que crecía en junio en las fisuras de la caliza.


323.- Flores de “luzula”


A la juncácea Luzula nivea (L.)DC. (también Luzua láctea Link.), pertenecen estas flores relativamente grandes, de albos tépalos, dispuestas en una inflorescencia en racimo esferoide, traslúcida, compacta y compuesta que lucía en el mes de junio al borde de un camino a más de 1400 msnm.
Parece que tiene uso en jardinería.





324.- Flor de “campanilla de León”


En las amplias praderas asturianas del puerto de Arcenorio (Ponga), bien pastadas a mediados de agosto, se fotografió esta hermosa “campanilla de León”, de largo nombre científico (Campanula rotundifolia L., subsp. Legionensis (Pou) Lainz).
Escasa en Asturias, donde vegeta desde la costa hasta los 2300 msnm sobre suelos secos, poco nitrificados y básicos, fue identificada en Arbás (Pajares) por el botánico C. Pau en 1928.



325.- Flores de “becerrilla”.

Es bien conocido que la naturaleza está colmada de comportamientos aparentemente caprichosos. El redactor vio las matitas de lo que entiende es el Misopates orontiúm (L.) Tarf. (también Antirrhinum o.) en diez metros de la cuneta de una carretera asturiana y aunque recorrió más de un kilómetro de la misma observando atentamente, no encontró más “becerrillas”.
Está considerada “mala hierba” y también se le llama “flor de sapo” y “zapatón”.
La flor es bilabiada, de corona cilíndrica, con una dilatación en la base y el labio inferior trilobulado.


326.- Flores de “mercurial”

En las plantas de mercurial (Mercurial annua L., en este caso) hay pies macho y hembra. 
Las flores de la ilustración son masculinas y se disponen, como se ve, en espigas de largo pedúnculo como pequeños glomérulos discontinuos de flores con estambres de filamento sutil. 
Es planta variable según las condiciones en que crezca, lo hace en ruderales, bordes de caminos, campos de cultivo, jardines…
Se tiene por venenosa para ganados y personas produciendo parálisis, aunque también fue usada como medicinal, tradicionalmente como purgante.

327.- Flores de Teucrum pyrenaicum L


Especie casi exclusiva de España, la Teucrum pyrenaicum L, llamada “angelines”, dicen que se cría en la Cordillera Cantábrica hasta Asturias, donde se fotografió.
Las flores se agrupan en el extremo de los tallos cortos y la corola con un labio de cinco lóbulos… se cría en las laderas de las montañas, entre piedras y en las fisuras de las rocas.
Es planta medicinal, se toman para facilitar la digestión después de las comidas, en forma de tisana, cuatro o cinco sumidades floridas.


328.- Flor de (otro) “cardo borriquero”

Adviértase, previamente, que el término “cardo borriquero” es confuso, por extenso. En el camino que lleva al puerto del Arcenorio (Ponga, Asturias), alrededor de un “mosquil” sobre suelos calizos, soleados, muy nitrificados por las deyecciones vacunas, crecen, abundantes, altos y exuberantes cardos que parecen de la especie Onopordium acanthium L
Sus tallos tienen unas láminas o alas longitudinales espinosas punzantes con pilosidad blanquecina. 
Las flores, purpúreas, se agrupan en un corimbo terminal.
Naturalizado en América, representa un problema invasivo.


329.- Flores de·”cariotu”

Sigue pareciéndole al redactor labor propia de especialistas la distinción de la docena abundante de ericáceas comunes que vegetan en los montes de Asturias, mas de las flores que se presentan tiene razonable seguridad que pertenecen a aquello que llaman “cariotu” en algunas partes y científicamente Erica vagans L
Muy abundante, ocupa amplias superficies tanto en terrenos calizos muy lavados como en silíceos, aquí acompañada de otras de su género.
Las flores se muestran en racimos compactos, normalmente sobrepasados por un mechón de hojas.





Año 2018
1,- Flor de granado


En los jardines de una institución pública de Asturias crece un arbolillo del Punica granatum L., la única especie del género “punicae”.
En el sur y levante español es planta silvestre y cultivada. Lucía en agosto unas llamativas flores grandes de rojo intenso, dispersas aquí y allá por la frondosa copa que en el clima adecuado dará lugar a la conocida fruta.

La corteza de sus raíces se tiene por eficaz medicina contra los gusanos intestinales.



2.- Flor de valeriana


Planta cultivada con fines medicinales, ya que se usa como sedante y ligero hipnótico utilizando la cepa que se forma en la base del tallo y las raíces cuando está a punto de secarse, la valeriana (Valeriana officinalis L.) crece espontánea en Asturias en prados, claros de bosques, bordes de caminos…

Se le llama en castellano “hierba de los gatos”, porque a éstos les gusta refregarse con ella, y en vascuence “belarr bedeinkatu” que significa hierba bendita.


3.- Flor de “croco”


Las flores del quitameriendas (Merendera pyrenaica L.) y del crocus (Colchicum autumnale L.) son fáciles de confundir en un primer vistazo. Colores, formas, lugares… son comunes; incluso pueden coincidir los tiempos de floración en Asturias. Mas las piezas periánticas del primero surge totalmente libres a ras del suelo mientras las del “colchicum” se sueldan en la parte inferior formando un delgado y largo tubo. Pero no acaban ahí los elementos de confusión, según T. Emilio Díaz y J. M. Fernández, si la flor posee sólo tres estambres estaríamos ante un “Crocus nudiflorus” o un “Crocus clussi”.


4.- Flores de “abeyera”

Pasado mediados de noviembre, aún se ve florida en las laderas soleadas. Se conoce en ciertas partes de Asturias como “abeyera” esta planta por ser utilizada para atraer los enjambres de abejas, impregnando con ella los “casiellos” (colmenas) y los lugares donde se pretende que posen.
De muy agradable aroma, se usa como remedio estomacal, como sedante y como antiespasmódico. Puede que se corresponda con la melisa (Melissa officinalis L), aunque en este punto de denominación científica el redactor no tiene ninguna seguridad, pues confusos son con frecuencia los términos populares.



5.- Flores de “uña de gatu” (autóctona)


La creación de una escollera de encauzamiento en el curso alto del río Nalón (Asturias) con grandes bloques de piedra, hace ya un cuarto de siglo, proporcionó un mínimo suelo pedregoso, calizo, seco y soleado soporte sobre el que crecen varias especies que eran ajenas al medio pero no exóticas. Las flores de la imagen pueden corresponder a una inflorescencia del Sedum altissimum Poiret que forma una colonia abundante y de magnífico aspecto. 
Las crasuláceas tuvieron uso medicinal para tratar llagas y úlceras de difícil cicatrización.


6.- Flor de “trompetas”

La Datura metel L., originaria de la India, posee flores de larga corola entubada que inspiran el nombre popular de “trompetas”.
Se planta como decorativa y abunda en los jardines de las zonas costeras de Asturias. No conozco “huidas de cultivo”, pero sí abandonadas de éste que conservan su lozanía.

La de las flores crece en el extremo de un huerto, hacia los 270 msnm, en ladera soleada y sobre suelo fértil. La métel es venenosa al igual que su genérico el estramonio del que hemos tratado.


7.- Flores de “canabina”

Muchas de las sinonimias que tiene en castellano la Eupatorium cannabinum L. se hacen acompañar de “acuático” o “de agua” (v.g. cáñamo acuático, canabina de agua, orégano acuático o de agua etc.), por los lugares húmedos o encharcados en los que crece.
A principios de otoño es frecuente ver su flores en umbela por los campos de Asturias. 
Medicinal, muy conocidas desde antiguo son sus propiedades diuréticas, sudoríficas y purgantes.



8.-Flores de romero

En Asturias esta olorosa plantita que forma una mata es cultivada desde hace mucho. El nombre científico Rosmarinus officinalis L.(“rosa del mar”) hace alusión a su origen en las orillas del mar Mediterráneo y al uso boticario (“officinalis”).

Acompaña al laurel en la celebración religiosa de la Pascua Florida (día de Ramos), es excelente melífera, empléase en la obtención de esencias, en diversos condimentos, en la elaboración de golosinas y en medicina el “alcohol de romero”, por ejemplo, calma los reumatismos y las neuralgias.


9.- Flores de cornejo

Este arbusto (Cornus sanguínea L.), muchas veces arbolillo, crece en Asturias en las sebes (setos) tan abundantes en nuestra campiña y sus hojas enrojecen con la llegada del otoño. Dice Polunin que de sus frutos negros y esféricos se extrae aceite para el alumbrado y la fabricación de jabón y que sus ramas flexibles tienen aplicación en cestería.
Font Quer nos informa de la presencia en las hojas de ácido salicílico, en los frutos de malato cálcico y que los gallegos creían en las virtudes de la planta contra la rabia.



10.- Flores de meliloto

El racimo de flores fotografiadas pertenece a una hierba llamada “meliloto” y “trébol de olor” (Melilotus officinalis (L.) Pallas) que, casi agostada, crecía en octubre al borde de un camino, haciéndolo también en cunetas y escombreras de Asturias
Se cultiva como forraje y se usó para dar gusto al queso y alejar a los insectos de las ropas. Medicinal (de ahí viene lo de “officinalis”), tiene propiedades antiespasmódicas, diuréticas, antiinflamatorias y astringentes.




11.- Flores de (un) junco


El junco que da este ramillete de flores verdes lleva por nombre científico Cyperus eragrostis Lam.
Comienza a abundar en los bordes de la senda fluvial que hay a la ribera del Nalón (Asturias) cerca de donde vivo.
La herbácea procede, entre otros lugares, del occidente de Norteamérica y aquí es una “escapada de cultivo” que puede llegar a ser un problema si se sigue multiplicando (que todo indica que sí) y convertirse en una “mala hierba” invasora.


12.- Flores de mostaza.


La mostaza (Sinapis arvensis L.), antes que ser salsa y tema de parábola, es planta que en su versión silvestre crece en Asturias como mala hierba en los cultivos, en los bordes de los caminos, entre los escombros.
Su pariente la mostaza blanca (Sinapis alba) se cultiva para con sus semillas elaborar la conocido condimento que la cultura anglosajona universalizó.
Como hierba medicinal desde muy antiguo se le atribuyen virtudes para remediar enfermedades tan diversas como el reumatismo, las migrañas, el estreñimiento, los resfriados



13.- Flores de “Galiopsis tetrahit L.”

Hay que correr el riesgo, sin engañar. Esos pelos en los nudos, esas hojas, esas flores… es una “galiopsis de hoja estrecha”. El redactor vio, consultó las fuentes, reflexionó y honradamente dedujo que las flores que ilustran el texto pertenecen a la planta que el ilustrísimo Linneo puso el llamativo nombre científico de “Galiopsis tatrahit”.
La fotografiada a mediados de agosto crecía en el cauce seco, pero frecuentemente inundado, del río Nalón.
“Las semillas contienen un aceite; las fibras obtenidas de los tallos se han utilizado en cordelería”, escribe Polunin.


14.- Flor de lirio azul


En los prados y pastizales de la montaña asturiana no es extraño ver destacar el azul violeta de estos hermosos lirios (Iris latifolia (Miller) Voss), presentes también en toda la cordillera y en la pirenaica. Su belleza propició que fuera planta adaptada a la jardinería y manipulada genéticamente para lograr otros colores. 
Además, es uno de los temas (flor de lis) más repetidos en la heráldica, no solo española sino también en la europea.



15.- Flores de “Crepis capillaris (L) Wallr.”


Con tal nombre es conocida en el mundo científico la que en castellano llaman “achicoria loca” y en mi entorno dicen “cardeña”, nombre ambiguo por llevarlo varias especies de compuestas. 
Su floración en Asturias es abundante y se alarga desde primavera hasta entrado el otoño, de forma que aún a finales de octubre sus numerosas cabezuelas tiñen de amarillo los bordes de los senderos que tránsito.



16.- Flores de “Plumero de la Pampa”


De todas las plantas invasores del norte de España, la que ha tenido un éxito espectacular, sin que se le conozca utilidad alguna, es la Cortadaria selloana, llamada popularmente “plumero”. Introducida como ornamental y dicen que más tarde para fijar taludes, ocupa hoy, incontrolada, amplias superficies y continúa su dispersión a velocidad asombrosa. 
A mediados de octubre se encuentra en plena floración. Esta espiga pertenece a un ejemplar que crece en el concejo de Laviana (Asturias) acompañado de otra decena, ahora fáciles de erradicar. La próxima temporada su número crecerán exponencialmente.

17.- Flores de bistorta



Los nombres científicos de las plantas dicen de sus características si se va a su etimología. Lo de “bistorta” se le aplica a esta herbácea (Poligonun bistorta L.) por lo retorcido del rizoma del que surgen los tallos. 
Las espigas florales fueron fotografiadas hace cuatro meses en húmedo prado próximo a uno de los puertos que dejan paso en la cordillera Astur-Leonesa. 
En medicina se usó una preparación llamada “agua de bistorta” para lavados bucales y otra en un “vino” como antidiarreica y antituberculosa.


18.- Umbela de “angélica”

A principios de octubre la mayoría de las umbelas de la angélica (Angelica sylvestris L.) muestran las semillas de lo que fueron pequeñas flores. Esta robusta hierba crece en Asturias profusamente en lugares sombríos y húmedos llegando a alcanzar una considerable altura. Los frutos y raíces de una especie próxima (la Angelica archangelica), que no se cría espontánea en España a decir de Font Quer, se emplean en la preparación de licores tipo chartreuse y bénédictine y en medicina como tónico estomacal.




19.- Flores de margarita mayor


Los bordes herbosos de la carretera que va de Villoria a Los Tornos, en #Laviana #Asturias, se pintan en julio y agosto de puntos en blanco por las flores de las abundantes “margaritas mayores” (Chrysanthemum leucanthemum L.) que allí crecen. 
Éstas, semejantes a las de las velloritas (Bellis perennis L.) pero mucho mayores, tienen un núcleo circular amarillo de flores hermafroditas a las que rodean unas lígulas blancas que son las flores femeninas.



20.- Flores de cardeña


Es conocida como “cardeña” en Asturias la Sonchus oleraceus L., siendo comida preferente para los conejos domésticos. 
En castellano tiene una amplia sinonimia que va alfabéticamente desde “acerraja” a “zarralla”. Su flor cuesta diferenciarla de otras de la familia, pero la planta no. 
Usada como medicinal, en el siglo XVIII cayó en descrédito y de aquella época viene la expresión “agua de borrajas” para indicar cosa inútil, sin ningún provecho.



21.-“Flores de los difuntos”

Las flores de esta “asterácea” (que si no es la Symphyotrichum laeve norteamericana mucho lo parece) traen al redactor nostalgias de tiempos y lugares. 
Conocida la planta en mi entorno como la de las “flores de los difuntos”, posiblemente por florecer próxima a la festividad de Todos los Santos, crecía ausente de cuidados en los límites de los huertos de las aldeas asturianas. 
Si un día sus flores se colocaron en las tumbas, el comercio ya hace tiempo que las desplazó.



22.- Flores de té de monte

En Asturias las espigas del té de monte (llamado en castellano hisopillo, rabo de gato, siderita… y científicamente Sideritis hyssopifolia L.) eran recogidas de entre las fisuras de las calizas y vendidas en el mercado de la capital de la comarca por las campesinas, junto con otros productos, hasta hace unos treinta años. 
La planta tiene una larga lista de virtudes medicinales usándose en infusiones para trastornos digestivos, cicatrización de heridas, lavados oculares y en las infecciones bucales…



23.- Flores de “Galinsoga ciliata Raf. Blake


La planta con este sugerente nombre científico a la que pertenecen las mínimas flores de la ilustración crece, junto con otras de su especie, entre los intersticios de las baldosas y en los alcorques de una calle que una villa de la Cuenca Minera asturiana dedica a mercado una vez a la semana. Originaria de Sudamérica, el redactor se imagina –porque le apetece imaginarlo- que las semillas llegaron aventureras en las valijas de los emigrantes amerindios vendedores de baratijas.




24.-Flores de “mostayal”

Existen varias cumbres en Asturias (Proaza, Morcín…) con el nombre de este árbol de la familia de las rosáceas, denominado científicamente Sorbus aria L. 
Crece desde el nivel del mar a los más de 2000 m. en hayedos, robledales, bosques mixtos, solitario… Sus profusas flores se agrupan en amplios corimbos. 
Hace cuatro meses que se fotografió la rama de la ilustración y el blanco dominante entonces se ha cambiado por los rojos anaranjados de los frutos, comestibles pero ácidos.


25.- Flores de lechuga silvestre


Mediado octubre la lechuga silvestre (o salvaje, o brava, o espinosa, o de asnos, o…), científicamente denominada Lactuca virosa L., acabó su floración y la planta se muestra seca en los bordes de los paseo interurbanos de la Cuenca del Nalón (Asturias), donde crece frondosa por doquier. 
De sus tallos fluye un látex que da lugar a un producto (el lactucario) con propiedades hipnóticas, empleado ventajosamente como sustituto del opio en tratamientos médicos.



26.- Flor de ortiga muerta

La conocidísima y abundante ortiga tiene una pariente de nombre -que no de género- no urticante y poseedora de unas flores con bastante más encanto, es la llamada “muerta” o “falsa” (Lamium album L.). 
Crece en lugares parecidos a la común, de lo que no cabe duda saca provecho. Considerada “mala hierba”, fue medicinal, sus flores en infusión se usaron para aliviar las hemorroides y alteraciones menstruales. 
Alguna de sus variedades tiene aplicación en jardinería.




27.- Flores de “Geranium sanguineum L.


Los conocidos y domésticos geranios tienen unos cuantos parientes silvestres en Asturias, uno la muy frecuente “hierba de S. Roberto” (ya tratada aquí) y otro éste de las flores de la fotografía que es el “sanguineum”, bastante menos común. Su flor es normalmente púrpura carmesí, pero la tardanza en la floración (se fotografió a mediados de octubre) y el encontrarse en lugar sombreado quizá justifique el rosado de los pétalos.
Crece sobre suelos calizos en bordes de caminos, setos, claros de bosques…



28.- Flor de “Jurinea humilis



Esta flor de una planta rastrera, de la que nunca oí ni siquiera  su nombre vulgar (“arzolla de roca”), fue fotografiada por encima del pueblo de Verdiago (Crémenes, León) creciendo en un escaso suelo formado sobre caliza devónica y batido por el viento.
Dicen en Asturnatura que se ha localizado en Cabrales, Caso y Somiedo, lo que le da carta de “nacionalidad” asturiana sin duda alguna.



29.- Flor de “estramonio”

Con una extensa sinonimia (higuera loca, del infierno, de los brujos; hierba hedionda; manzana espinosa; berenjena del diablo…) el estramonio (Datura estramonium L.) es planta sumamente venenosa que parece proceder de América y ser introducido por los españoles pronto (1577) en Europa. Crece en Asturias próxima a las construcciones rurales en suelos removidos, frondosa en donde hay abono. 
Poseedoras de sustancias que actúan sobre el sistema nervioso produciendo alucinaciones, fue usada para el tratamiento de diversas enfermedades como el asma.


30.- Flores de “hierba de los cantores”


La Sisymbrium officinale Scopoli es hierba que abunda en Asturias por escombreras, bordes de caminos, límites de fincas… 
A mediados de octubre destacan en el extremo de sus ramas los pequeños racimos de las amarillas flores. Recibe los nombres castellanos de “erísimo”, “rabanillo”, “jaramago”… y el descriptivo de “hierba de los cantores”, ya que como medicinal se utilizó, preferentemente en fresco, para tratar inflamaciones y catarros de faringe y ronqueras.



31.- Flores de “menta fedionda”

Esta menta de que le escribo es la “fedionda” (Mentha suaveolens Ehrh), que se dice en asturiano, calificativo muy definidor. 
También se le nombra “mestrantu”, “mestranzu” y, en castellano, “yerba de burro”. Estaba a finales de septiembre en plena floración y ocupando generosas superficies en suelos húmedos, ácidos y ricos en nutrientes de la Cuenca del Nalón. 
Es poco apreciada, aunque se dice que en otras latitudes tiene uso culinario y medicinal, por ejemplo contra las lombrices intestinales.



32.- Flores de cimbalaria

Es la cimbalaria (Linaria cymbalaria L.) planta abundante en Asturias. Se extiende por muros, roquedos y tejados (de ahí un popular nombre de “hierba de campanario”) con sus aparentemente débiles tallos filiformes; muestra las hojas acorazonadas o arriñonadas y, de abril a octubre, abundantes y pequeñas flores violeta pálido.

D. Pío F. Quer cuenta que se la tiene por “antiescorbútica y tónica… también se emplea como diurética, en cocimiento”. Úsanse las flores en infusión.



33.- Flores de “Muscari comusum L.



A esta hierba se le llama en castellano por los expresivos términos de “nazarenos”, “ojo de cigüeña”, “ajipuerco”, “jacinto de penachos” y una larga sinonimia, ignorando si tiene nombre vernáculo en asturiano, donde me parece poco presente. El ejemplar fotografiado crecía en una pradera soleada, al lado de una carretera, de la cuenca alta del Nalón la segunda quincena de junio rodeada de otros pocos. 
Según Dioscórides los bulbos tienen propiedades afrodisiacas.


34.- Flores de Erigerion karvinskianus



Esta planta con flor blanca (muy parecida a la margarita vellorita), rosa y rojo burdeos es originaria de México y ha colonizado y se ha naturalizado en  los muros de Asturias, sobre todo de las zonas oriental y central, formando llamativas colonias incluso en zonas urbanas.

Tiene aplicación en jardinería y parece que, en infusiones, se usa para detener la diarrea.


35.- Flores de “latiro de los prados”

Los angulosos tallos de esta leguminosa crecen agarrándose con zarcillos a otras hierbas en prados, en cunetas, en setos. Las hermosas flores ya se han convertido en unas legumbres oscuras y aplanadas portadoras de media docena de semillas redondas de unos tres milímetros de diámetro. 
La planta no es de fácil identificación para este profano, pero después de unas sesudas consultas y profunda meditación llegó a concluir que es un Lathyrus pratensis L. (¿o será un Lathyrus hirsutum L.?) por el rosa pálido de sus flores y el aspecto. 
Bella flor, sea de la especie que sea.


36.- Flores (y frutos) del “Symphoricarpos rivularis Sukdorf”



Las bayas blancas de los frutos de este arbusto de hoja caduca llaman la atención por extrañas.
 Las flores son pequeñas, dispuestas en racimo, de corola acampanada o tubular. Cultivada como ornamental y ya naturalizada, la especie es originaria de América del Norte. La fotografía fue tomada en Cofiñal (León), en el límite con Asturias, a principios del mes de septiembre.




37.- Flores de Anagallis arvensis L.


En mi entorno asturiano es conocida como “meruxa”, aunque este nombre también se le da a la Stellaria media
La flor de la ilustración pertenece a lo que en castellano se llama “murajes rojo”, “anagálide”, “hierba coral”…, una planta rastrera, “mala hierba” abundante en sembrados. Pequeña y delicada, sin embargo llama la atención por su singular color salmón. Medicinal, antiguamente importante, el zumo de machacar la planta fresca en el mortero se empleó, por ejemplo, en cataplasmas para favorecer la cicatrización de llagas de difícil cura.


38.- Flor de “Silene latifolia Poiret.”

Para ciertos botánicos el nombre genérico (“Silene”) de la planta que da esta flor de cáliz hinchado nos lleva a la mitología griega y el específico (“latifolia”) a un descriptivo latín. Es pariente próxima de aquella que en Asturias recibe el onomatopéyico apelativo de “restallones” (Silene vulgaris L.). El ejemplar de la imagen fue fotografiado en el valle alto del Nalón a mediados de septiembre, en suelo formado sobre una roca madre caliza, poco soleado, cerca de una corriente de agua y apenas acompañada de otros.





39.- Flor de “dondiego de noche”

Introducida como ornamental, procedente de Nueva España, el “dondiego de noche” (Mirabilis jalapa L.) crece cimarrona en los baldíos y bordes de caminos próximos a poblados.
En Asturias cuando hiela desaparece la parte aérea y resurge luego de sus raíces tuberosas. 
Dicen los botánicos que lo que parecen pétalos son piezas coloreadas (rosas, amarillas, blancas…) del cáliz. La raíz desecada y pulverizada tiene uso como purgante, según Font Que



40.- Flor de “barba de cabra”



La flor exclusivamente ligulada del Tragopodon pratensis L. es muy semejante a la de otras compuestas como la de la “achicoria loca” o el “diente de león”, en cambio sus hojas y tallos se diferencias por la textura rasposa y granulada. 

Frecuente en Asturias en prados y lugares incultos pero nitrogenados, escribe O. Polunin que sus hojas y raíces se pueden comer en ensalada.



41.- Flores de “boliches”



Enemigas acérrimas de los hortelanos de Asturias, que las tienen por casi indestructibles malas hierbas, la Oxalis latifolia Kunth y la Oxalis pre-caprae L., reciben en mi tierra la denominación de “boliche” por unos grumos o abultamientos que tiene en sus raíces semejantes a esferitas y con los que se reproduce. Son especies exóticas, del género de la autóctona Oxalis acetosella que crece en los bosques de la región. 
Estas llamativas flores lucían ya iniciado el mes de octubre en un baldío.


42.- Flor de cariofilada

La familia de las ranunculáceas es extensa (131 especies) y confusa para los no iniciados, esta flor que ilustra me parece es la del Geum urbanum L., a la que dicen “cariofilada” y “sanamunda” algunos textos y, antiguamente, “yerba benedicta” por la creencia de que era capaz de prevenir el mal.
 En la misma herbosa orilla del sendero interurbano en que estaba la fotografiada, crece la “cincoenrama” (Potentilla reptams L.), que tiene una flor con los cinco pétalos muy semejantes en tamaño, color y forma pero con el tálamo distinto.



43.- Flor de “cincoenrama”

Como se escribía en la glosa de la “cariofilada”, la flor de la Potentilla reptans L (llamada “cincoenrama” y “pie de gallo”) tiene los pétalos parecidos a los de aquella, y ambas crecen próximas, en lugares comunes (prados húmedos, bordes de caminos, riberas, baldíos).
También semeja a la tormentila (Potentilla erecta), sólo que ésta tiene cuatro pétalos la mayoría de las veces. El cocimiento de su cepa y raíces se utilizaba para combatir diarreas, lavar llagas, enjuagar la boca y aliviar inflamaciones……



44.- Flor de fresa silvestre



Plantita de largos estolones, origen de las hoy insípidas variedades cultivadas y ampliamente comercializadas, fue el “miruendanu”, “meriendanu”, “freseira”… (Fragaria vesca L.) placer gastronómico para los niños de las aldeas asturianas. 
Crece en los ribazos de los bordes de las matas de castaño y, en mi territorio, en las viejas escombreras de las minas de hulla ya muy meteorizadas. Aparte de sus valores culinarios, en medicina se usaron sus hojas, ricas en tanino, como diuréticas y astringentes.


45.- Flores de menta acuática



Esta hierba -científicamente denominada Mentha aquatica L. es común en Asturias viviendo en los márgenes de los arroyos y en zonas húmedas.
Tanto las flores como las hojas contienen un perfumado aceite llamado mentol de agradable olor, siendo las primeras muy visitadas por las abejas. Se usan en multitud de preparados culinarios (salsas, hervidos, refrescos…).
En medicina tienen tradicional aplicación en afecciones gastrointestinales; también como antidiarreicas, carminativas, espasmolíticas…



46.- Flor de primavera


La maltrecha pero inconfundible flor de primavera (Primula vulgaris L.) fue fotografiada el diez de septiembre en la estribación norte de Peña Mea (Laviana). Como es bien sabido, las primaveras son de las primeras flores del año en aparecer en los campos de Asturias, por lo que esta solitaria se encuentra totalmente fuera del periodo de floración. 
En Asturias son frecuentes dos especies, esta “vulgaris” y la “veris”. 
Planta medicinal, su rizoma en infusión fue usado contra los catarros bronquiales.



47.- Flores de hedra


La hiedra (Hedera helix L.), muy abundante y conocida en Asturias como “hedra”, crece rastrera, pero si tiene la oportunidad de trepar sus raíces adventicias, a modo de garras, hacen presa en los troncos de los árboles, en las peñas y en los muros. Su floración es tardía, ya otoñal. 
Muy frecuentada por insectos ofrece un desagradable olor. Planta venenosa, tuvo diversos usos medicinales, entre ellos el vomitivo y el de curar llagas.




48.- Flor de cardo lanudo


Tiene un complejo nombre científico esta subespecie delCirsium eriophorum (L) Scop. Vive en bordes de caminos, reposaderos de ganado y suelos removidos de las zonas de montaña. La flor se presenta en una cabezuela llena de pelos algodonosos que le dan un aspecto especial. Ésta, como de 5 cm. de diámetro y muy frecuentada por insectos, se fotografió en el Puerto de Ventaniella (Asturias).
Dicen que es comestible.



49.- Flores de verónica



Es muy frecuente encontrarse en Asturias con la verónica (Veronica persica Poiret.) en bordes de caminos, jardines y huertos, siendo considerada en estos últimos una “mala hierba” que desaparece con cada labor para regresar siempre. 
Pero sus lindas flores, presentes gran parte del año, pueden pasar desapercibidas por pequeñas.




50.- Flor de adelfa

Conocía, en su juventud, el redactor la adelfa sin que supiera su nombre. Era arbusto ornamental en el precioso parque de la villa.
Más tarde, el nombre le fue familiar por el poema del pequeño de los Machado sin que lo relacionase con la botánica. 
En los últimos decenios la adelfa (Nerium oleander L.) es profusamente utilizada en jardinería. La mata que proporciona esta flor crece abandonada de todo cuidado y sometida a periódicos estropicios por las máquinas desbrozadoras.




51.- Flor genciana de brezal


En la montaña, en los bordes de una laguna que conserva el agua diez meses al año y permanece la mitad helado, sobre el suelo turboso y acompañada de escobas, crece esta sencilla planta que da unas azules campañillas y a la que Linneo nombró Gentiana pneumonanthe.


La mañana en que se fotografió en Asturias, con el sol ya alto, ofrecía este hermoso aspecto destacando sobre la hierba ya agostada.


52.- Flores de vedegambre

Se tiene al vedegambre (Veratrum album L.) por planta extremadamente venenosa y antiguamente se usó para impregnar las flechas, de ahí el apelativo de “ballestera”.

Crece no muy abundante en matorrales y brezales húmedos de la cabecera del río Nalón. Pese a su toxicidad, la tintura de la raíz se utilizó para el tratamiento de la tensión arterial y en Asturias fue terapia preventiva del cólera, según cuenta Gaspar Casal. 
Tuvo uso popular como raticida.


53.- Flor de “amor de hombre”
 

También conocida como “oreja de gato”. 
Planta originaria de Sudamérica, una de las tantas especies introducidas por la jardinería.
Aunque el R. D. 630/2013 prohíbe la introducción, posesión, transporte y comercialización de la Tradescantia fluminensis Vell., por incluída en el catálogo español de especies exóticas invasoras, es frecuente verla en los alrededores de las poblaciones -también en las rurales- de Asturias como “escapada de cultivo”.


54.- Flor de caléndula (Calendula officinalis L.)


Conocidísima es esta flor en Asturias, aunque lo que deberíamos decir era flores, plural, ya que los botánicos cuentan que eso que aparenta ser “una”, es un conjunto de ellas formado por un círculo de más de medio centenar de flores interiores hermafroditas y tubulares y una periferia de otras femeninas en lengüeta.
Originaria del sur de Europa, crece como cultivada y asilvestrada en nuestros aldeas.
Da semillas de tres tipos para facilitar su dispersión y es planta ornamental y medicinal.


55.- Flores de escoba


Las escobas (Cytisus scoparius L.) ocupan extensos espacios en los montes de Asturias, invadiendo hoy zonas que pertenecían a antiguos pastizales por el abandono del pastoreo. 
Aunque la floración tiene lugar en los meses de abril a junio, algunas matas lo hacen, por ejemplo, a principios de septiembre. 
Venenosa para el ganado, de esta planta extrae la industria farmacéutica productos que tratan enfermedades cardiacas y respiratorias y su corteza se usa para curtir.


56.- Flor de “hierba pejiguera”


A principios de agosto comenzaron a aparecer las poco atractivas flores en las espigas del Polygonum lapathifolium L., que crece numeroso y agrupado en las tierras arenosas, fértiles y húmedas  de los ríos, arroyos, escombreras y bordes de caminos.
En Asturias se le tiene por mala hierba, rechazada por el ganado e invasora de prados y huertos. 
Las florecillas son productoras de abundante néctar.



57.- Flores de “carrasquilla azul”


En algunas partes de Asturias se conoce a la “carrasquilla azul” (Lithodora diffusa (Lag.) J. M. Jonhston) como “gareña” y “tumillu”.
Es frecuente ver sus preciosas flores tubulares de color azul intenso destacar en los matorrales de brezos, tojos y genistas; desde el nivel del mar hasta los 2000, en suelos de roquedos calizos soleados, secos y pobres. Estas flores fueron fotografiadas en uno de los puertos de montaña que unen Asturias con León.



58.- Flores de genciana

La más conocida popularmente de las gencianas es la Gentiana lutea L. En este caso hemos llegado tarde a fotografiar sus flores en la lozanía y quedan estos vestigios -en los que destaca el pistilo- de lo que fueron verticilos con llamativos pétalos amarillos. Fue planta muy usada en medicina popular, entre otros, como tónico estomacal.
En Asturias se le llama "xanzaina" y hasta hace treinta años proporcionaba un modesto complemento económico a las gentes de la montaña que vendían las raíces a los laboratorios.



59.- Flores de Chrysanthemum parthenium Bernhardi


Es cierto, el nombre científico, pleno de “haches”, de esta planta de florecillas blancas, que al redactor le son parecidas a las del “manzanillón”, se las trae por lo “clásico”, pero explica cosas, sobre todo el “parthenium”. 
Luego, en el vernáculo, se hace próxima: “matricaria”, “amargaza”, “botón de plata”, “morgazo”…  ·Dicen que ha venido de Oriente en tiempos remotos y en Asturias crece en los bordes de los caminos y en las proximidades de las aldeas.




60.- Flor de “nomeolvides”

Pequeña y hermosa flor con delicados colores azul pálido y amarillo en la garganta luce la Myosotis sylvatica Hoffm (o la arvensis, o la alpestris, o la scorpioides), conocida por el un tanto enigmático e insinuante nombre vernáculo de “nomeolvides”.
Lo de ser la sylvatica lo aventuramos -además de por la apariencia- por el lugar donde se fotografió: pastos de montaña de altura en Asturias, al lado de un arroyo y en el límite de un bosque.




61.- Flor de “margarita amarilla”

La familia de las compuestas “comprende más de 900 géneros…”, escribe O. Polunin, añadiendo que las diferencias son pequeñas y basadas en criterios de difícil conocimiento para un no experto.
 Traemos aquí esta flor por la belleza, sin que tengamos seguridad alguna de la especie a la que pertenece… Ni del género. Se le ve con otras pocas semejantes en una cuneta de un paseo, en un espacio soleado, de suelo fértil, próximas a una población de Asturias, por lo que no nos parece extraño que, en origen, proceda de cultivo ornamental.



62.- Flores de gladiolo silvestre (Gladiolus communis L.)


Dicen los etimólogos que el nombre “gladiolo” procede de la espada romana (gladius) a la que sus hojas recuerda. Sus hermosas flores anaranjadas, dispuestas en espiga, se ven en Asturias próximas a las aldeas y en algunos lugares de la costa son abundantes. Las fotografiadas lucían en la escollera del río Nalón. De los gladiolos, sometidos a rigurosas selecciones por hibridación, se han conseguido bellísimas variedades comerciales.




63.- Flores de ortiga


De todos son conocidos los desagradables efectos, el escozor vivísimo que causan, con solo rozar, los múltiples y erizados pelillos de las hojas de las ortigas. Crece la planta abundante en Asturias en la vecindad del hombre o de sus animales, en suelos muy nitrificados. Sus flores como se ve, son poco atractivas. La planta, sin embargo, tiene reconocimiento en gastronomía, por ejemplo hervida y sazonada con sal y aceite. En medicina se usó como vasoconstrictor, contra el reuma y para para tratar eczemas.



64.- Flor de “Aconitum vulparia Reichenb.


También “A. Lamarkii”. Como su genérico el “napellus”, el acónito amarillo se tiene por  planta extremadamente venenosa que crece en los mismos lugares y tiene usos semejantes.
Los expertos advierten que no debe cogerse, pues el veneno penetra por la piel y su contacto puede dar lugar a dermatitis y graves intoxicaciones. Aunque tradicionalmente fueron ambos utilizados como plantas medicinales, el manejo como tales es harto delicado.



65.- Flor de arañuela

Conozco un sólo ejemplar de la Nigella damascena L.,  para mí extraña planta en Asturias. Crecía (lo han segado) en la cuneta de una estrecha carretera, al pie de un cortado de arenisca, expuesta al suroeste y abrigada del norte. Su flor se encuentra rodeada de hojas muy segmentadas, lo que le da ese aspecto al que, sin duda, le debe el nombre popular.
Las semillas se usaron en medicina pero aconsejan hacerlo con muchas reservas.





66.- Flores de árgoma


Este arbusto muy espinoso (Ulex europeaus L.) es abundantísimo en los montes bajos de Asturias, donde, además de árgoma, se le dice toxu, cádaba y cotoya.
Las semillas tienen propiedades tónico cardiacas, las flores en infusión se usaron en medicina popular para combatir enfermedades del hígado.





67.- Flor de milamores

Amiga de los terrenos pedregosos, la milamores (Centranthus ruber L.) que dio estas flores fue fotografiada en Asturias creciendo en los intersticios de un muro de piedra arenisca, mostrando su apretado ramillete de color rojo.

Conocida como “valeriana encarnada”, se usó su raíz en medicina como antiespasmódica y para calmar los nervios, de forma similar a la “blanca” (Valeriana officinalis L.)




68.- Flor de jabonera


Hace alusión su nombre vernáculo a la propiedad de esta planta de producir espuma si puesta en agua se agita. Crece en diversos lugares, la de estas flores luce en lo que fue escombrera del encauzamiento de río Nalón (Asturias).
La saponaria o jabonera (Saponaria officinalis L.) fue usada en medicina para tratar la tos, como depurativa, sudorífica… Y como detergente para lavar lanas y prendas.




69.- Flor de ruda

A finales de agosto aún se podía ver flores en algunas de las matitas de “arruda” o “ruda” (Ruta graveolens L.) que adornan los huertos de las aldeas asturianas. 
Tiene esta planta tradición medicinal en mi tierra. Y fama de afrodisiaca y mágica. En medicina se usó en los trastornos menstruales, para expulsar lombrices, combatir el reumatismo, como abortiva, antiespasmódica, sudorífica, antihelmíntica…
Como mágica, quedan varias viejas prácticas y evocaciones en la memoria escrita.


70.- Flor de “quitameriendas”


Merendera montana (L.) Lange le pusieron los científicos botánicos a esta plantina de la que se ve la flor sin tallo, y a la que el pueblo denominó de un modo más claro aunque parece que demandante de explicación: “Quitameriendas”. Parecida al “cólquido” (Cuchicum autumnale) florece en las pastos de altura de la Cordillera Cantábrica a comienzos del mes de agosto.
En algunos lugares de Aragón leí que se le dice “mataborregos”, pues es tóxica.



71.- Flores de hierba mora


Llamada “tomatitos del diablo” (Solanum nigrum L.), crece en Asturias baldíos y cultivos abandonados. Sus flores son semejantes a las de la dulcamara, cambiando el amarillo de la corola en forma de estrella por blanco.
Las bayas, de menos de un centímetro y de color negro maduras, parece que contienen un tóxico: la solanina. En medicina su uso debe estar reservado a expertos.




72.- Flores de Linaria elegants CAV


Estas florecillas azules, delicadas, casi violetas de la linaria se ven en el suelo pobre del cierre de las instalaciones de una explotación carbonera en la Cuenca Minera asturiana condenadas a la clausura.
Pasan casi desapercibidas las espigas entre el ruido sordo de los vagones, el agudo del cable de la “jaula” y el sibilante de las pérdidas del aire comprimido. Además, crece también en bordes de caminos y en las zonas secas de los prados.



73.- Flores de “vara de oro”


La Solidago virgadaurea L, de cuyo nombre especifico latino (“virga aurea”) procede el castellano “vara de oro”,  crece en los extremos de los bosques, en matorrales y en zona de herbazales de Asturias. 
Sus capítulos se agrupan en cabezuelas ramificadas y los componen de seis a doce flores (femeninas) de lígulas de larga lengüeta que rodean otras flores de cinco pétalos soldados en un tubo. En medicina se usó como planta diurética y contra las irritaciones del aparato urinario.



74.- Flor de pimpinela

Para el redactor, la “Pimpinela”, a la que se debía adjetivar como “Escarlata”, era título de una película de los años treinta. Yendo de camino halló en un prado de las montañas de Asturias una desconocida y apretada inflorescencia en un largo pedúnculo que la hacía moverse a la leve brisa del mediodía. 
Motivó su curiosidad, la fotografió sin conseguir que se estuviera quieta. Luego, buscó y encontró que un nombre tan sugeridor como Sanguisorba officinalis L. correspondía con el científico de la desconocida hierba.




75.- Flor de hierba de S. Antonio



En la parte del cauce de Río Nalón (Asturias) seca por el estiaje, entre los regodones y las maderas que la corriente dejó, crece la hierba de S. Antonio (Epilobium hirsutum L.), también llamada “laurel” del mismo santo, “adelfita pilosa” y “rosadelfilla”. 
Las flores muestra la singular cruz que forman los cuatro lóbulos del estigma. 
Como hierba medicinal se le tuvo por propiciadora de la menstruación.



76.- Flores de manzanillón

El manzanillón (Chamaemelum nobile (L) All.) crece en Asturias desde el nivel del mar hasta los puertos de montaña.
Es relativamente abundante en camperas de suelos ácidos y arenosos sometidas al pasto y al pisoteo. 
Muy conocida por sus propiedades estomacales y antiespasmódicas, aunque la especie (Matricaria recutita L.) que se comercializa para las infusiones es otra menos amarga no existente en la región, salvo escapada de cultivo, según J. Prada y J. J. Lastra.



77.- Flores de “espárrago de lobo”


La orobancáceas son plantas parásitas sin clorofila que crecen a expensas de las raíces de otras fanerógamas.
El Orobanche rapum-genistae Thuill, conocido popularmente como “espárrago de lobo”, parasita leguminosas, piornos en este caso. Muestra una llamativa espiga densa, cilíndrica con numerosas flores sentadas.

 La de la imagen se fotografió en el Puerto de Ventaniella (Ponga, Asturias) a principios del mes de agosto.



78.- Flor de “matalobos azul”

Recibe el nombre popular porque sus raíces, mezcladas con carne cruda, se utilizaban para matar perros y lobos. Al decir de autoridades como Font Quer y O. Polunin, es la planta con flor más tóxica de Europa. 
Muy abundante en la cordillera Astur-Leonesa, el vástago nuevo, hasta de un metro,  surge en primavera de un nabito y crece en prados y pastizales próximos a regatos y pedregales, muestra hojas grandes profundamente divididas y las flores, azules y bellas, aparecen en una espiga. El Aconitum napellus L. se usó en medicina.



79.- Flor de Arctium minus Bernh

Los lampazos, llamados en Asturias vulgarmente “pegotes” y “respegones”,  viven en bordes de caminos, riberas de los ríos y lugares frecuentados por los ganados, ya que sus semillas se dispersan con el concurso de los mismos por un curioso método; al estar dotadas las cabezuelas de centenares de brácteas con el ápice curvado cual arponcitos, se agarran al pelo de los animales, vehículo de dispersión. 
Melífera, dicen que tanto los tallos como las raíces son comestibles y medicinales.



80.- Flores de arveja trepadora


La “arveya” (Vicia cracca L.) es frecuente en Asturias desde el nivel del mar hasta los mil metros de altitud, se le ve en prados, cunetas de caminos, bordes de bosques y riberas de arroyos. 
La planta ha dado lugar a varios topónimos, proporciona buen forraje y es melífera





81.- Flores de “coniza áspera”

El aprendiz de botánico estuvo observando durante un mes los capullos de la planta que crecía sobre el muro del encauzamiento del río Nalón (Asturias) para fotografiar la corola una vez abierta. Vio numerosos insectos frecuentando las cerradas flores sin que estas mostraran la imagen que había preconcebido. 
Consultó a “polunin” y éste le indicó que las cabezuelas florales de la Inula conyza DC, por nombre vulgar “coniza áspera”, eran así, como las veía, y no habría corola en exposición.



82.- Flor de berza
Fue la Brassica oleracea . adaptada al cultivo desde tiempos neolíticos y de ella surgieron diversas variedades (repollo, coliflor, brócoli, col de Bruselas…) muy propias de la huerta asturiana. 
La especie silvestre vive en tierras bajas, frecuentando los acantilados costeros, pero ésta que se fotografió se asienta en una ladera escabrosa orientada al suroeste, sobre suelos silíceos en el valle medio del Nalón (Asturias) y la acompañan algunas más.





83.- Flor de cardo azul


Este cardo abunda en los pastizales de montaña formados sobre suelos de calizas. En Asturias algunos le llaman cardo del Monsacro y de “la madalena”.
Su nombre científico es Erygium bourgatil Gouam y el color azulado de sus tallos le hace inconfundible. Es muy frecuentado por las abejas.




84.- Flor de bilortu


Es el “bilortu” (Clematis vitalba L.) planta de grandes capacidades
colonizadoras que inspiró en Asturias varios topónimos. 
Para los niños que vieron en el cine de los sesenta a Tarzán, sólo ella podía ser la liana con la que el héroe se desplazada entre los árboles de la selva. Se le denominó “hierba de pordioseros” ya que estos la usaban para producir llagas y llamar a la compasión y a la limosna.




85.- Flores de "campanillas agrupadas"

La planta que da las hermosas inflorescencia  de estas campanillas agrupadas en la cima del tallo recibe el nombre científico latino de Campanula glomerata L. Aunque no por su abundancia,  destaca en los prados de Asturias por los colores de sus cinco pétalos color azul violáceo. 
Crece en las arcillas originadas por la descomposición de la caliza, en taludes, grietas, matorrales y bordes de bosques de zonas calcáreas.  
Melífera, se creyó útil contra la rabia y para combatir las anginas.




86.- Hierba de S. Guillermo

Llamada también “agrimoña”, “hierba bacera” y científicamente Agrimonia e Hierba de S. Guillermo upatoria L., es planta vivaz con tallos erectos de hasta un metro de altura y pequeñas flores de cinco pétalos amarillos, colocadas en largas espigas que llegan a ocupar la mitad de este tallo. 
La fotografiada, situada en el umbroso borde de un bosquete asturiano, había comenzado su floración en la segunda semana de agosto. 
Medicinalmente se uso como astringente útil en afecciones de boca y laringe.




87.- Flor de escabiosa


La Knautia arvensis de Linneo recibe los vernáculos de “escabiosa” y “viuda silvestre”. Las flores azul lila se presentan en unas cabezuelas de largo rabillo con las exteriores claramente mayores y distintas a las interiores.
Crece en campos secos, matorrales y en el caso de ésta de Asturias, abunda en los bordes del terraplén de una carretera. 
Se empleó en cocimiento para combatir diversas enfermedades, entre ellas la sarna.



 88.-Flor de hinojo


Se ofrecen abundantes las matas de hinojo (Foeniculum vulgare Miller) en los bordes de la senda peatonal que camino en mi tierra asturiana. Este año ha comenzado a florecer su umbela un poco tarde, en la segunda quincena de julio. Desde tiempos antiguos, las aromáticas hojas se han utilizado como condimento y las semillas, con sabor a anís, en repostería y en la elaboración de licores. Como medicinal es digestiva, antidiarreica, diurética, carminativa…




89.- Flores de astrancia


Son las umbelíferas familia botánica en la que este profano se pierde con tanta facilidad como entre las gramíneas, más la curiosa disposición de las flores de
la astrancia (Astrantia major L.) la hacen inconfundible.
En algunos lugares le dicen “sanícula hembra” y crece en los prados de siega húmedos y calcáreos de Asturias a partir de los 500 msnm.
A su rizoma se le atribuyen virtudes purgantes.




90.- Flor de cardencha


Llaman la atención las compactas cabezuelas espinosas, no por su belleza sino por la originalidad de su apariencia, de la cardencha (Dipsacus sylvestris Hudson)
La flores, dispuestas sobre un capítulo, comienzan a florecer en la parte media para hacerlo luego abajo y arriba. 
Se encuentra su alto porte en los bordes de los caminos, solares, lugares abandonados de cultivo, terrenos soleados y ricos en nitrógeno de Asturias. Se utilizó para cardar la lana y las raíces secas como remedio medicinal.


91.- Flor de clavelito manchado


Es frecuente ver, si se toma un poco de atención, este lindo representante silvestre (Dhiantus deltoides L) de la comercial flor de clavel. 
Crece sobre suelo seco y pradera rala. Y en el caso del fotografiado, en la antigua escombrera de una mina de hulla asturiana acompañado de falsas acacias, abedules y una rica flora herbácea, donde no falta la exótica tuberaria y es omnipresente la yerba de pericón.




92.- Cavelitos (Dianthus hyssopifolius L.)



Estaban en plena floración a principios de agosto los clavelitos (Dianthus hyssopifolius L.) que crecían en suelos poco profundos, soleados y ricos en carbonato cálcico de las montañas de Asturias y León, destacaban sobre sus largos peciolos los cinco pétalos rosa, pétalos profundamente rotos en el borde.
El uso más frecuente de los claveles es el ornamental y en perfumería. 
Mas dicen las guías de plantas medicinales que tiene una utilidad -¡cómo no!- terapéutica en infusión o jarabe, e incluso culinaria.

93.- Flor de malva



La conocida malva (Malva silvestris L.) crece abundante y florece ahora en los bordes de los caminos de Asturias y lugares frecuentados por el hombre. 

Sus hojas ya no se usan para las cataplasmas destinadas a acabar con los furúnculos y diviesos, ni sus discretas flores como remedio para “ablandar” la tos.



94.- Flores de ulmaria


En mi entorno solo conozco la matita de ulmaria, “reina de los prados”, (Filipéndula ulmaria Maximowicz) de la que procede esta fotografía. Recuerdo haberla visto llamativa, numerosa, creciendo silvestre en zonas húmedas de las montañas de Asturias y León. 
A finales de julio estaba en plena floración y sus blancos ramilletes destacaban. Se considera un diurético excelente.




95.- Flor de trébol blanco


En los bordes de la senda que paseo, segados hace mes medio, favorecida por las abundantes lluvias que este junio cayeron en Asturias, vuelve a verse una pradera verdísima, exuberante y tierna pintada de numerosas flores del Trifolium repens L.
Aparte de ser este trébol planta forrajera de excelente calidad, se usó como hierba medicinal –al igual que su pariente el rojo- para combatir irregularidades digestivas, la inapetencia y la retención de orina.



96.- Flores de dulcamara

Crecí en Asturias instruido sobre la toxicidad de las atractivas bayas de la dulcamara (Solanun dulcamara L.), en algunos lugares llamada "uvas del diablo" y "matagallinas".  Se le ve en cunetas, bordes de bosques, orillas de arroyos y ríos, herbazales húmedos, lugares sombreados; sobre suelos fértiles y sueltos. Muestra una flor pequeña y bella.
Conocida como medicinal desde los griegos clásicos para tratar enfermedades de la piel, contra la tosferina, el asma y el reuma. Los herboristas responsables hablan de la necesidad de usarla con mucha prevención



97.- Flor de achicoria


 Encontré la hermosa flor de la Cichorium intybus L. por accidente, destacaba en aquella pradera asturiana al borde de una senda fluvial, ayer peatonal y hoy compartida con un carril bici que la autoridad municipal se empeño en embutir. Tiene toda la pinta de ser “huída de cultivo” 
Con las raíces secas de la achicoria se produce el conocido sucedáneo del café. Además, es planta medicinal “tónica, aperitiva y estomacal”, a decir de D. Pío Font Quer.



98.- Flores de verbena


Aunque pase desapercibida, la verbena (Verbena officinalis L.) es planta abundante en los bordes de los senderos semiurbanos soleados.
En la época de la floración se deja notar el rosa pálido de sus pétalos en la larga espiga en la que van floreciendo poco a poco. Dice Font Quer que los médicos antiguos dotaron a hojas y flores de esta especie de múltiples virtudes, desde depurativa de la sangre hasta sanadora de los trastornos del hígado.



99.- Flores de aligustre ("sanjuanín")



La facilidad de reproducción por esquejes y su adaptación a la poda hizo que el Ligustrum vulgare L. (y su pariente el Ligustrum ovalifolium Hassk.) se utilizara para la creación de setos, así como su resistencia a la contaminación y elegante porte le hicieran árbol urbano. Las flores pequeñas y agrupadas, de un blanco ligeramente crema, son olorosas y muy frecuentadas por abejas y otros insectos. Las hojas se utilizaron como antidiarreicas, las bayas son tóxicas.



100.- Flor de jacinto

El racimo curvado con las azules flores de este jacinto silvestre es fácil de observar a mediados de junio en las montañas que unen Asturias y León. 
Lo que ya no es tan fácil, para el lego en materia botánica que redacta, es saber a qué nombre científico responde la planta que da las llamativas campanillas: ¿Endymium non-scriptus?, ¿Hyacinthus...?, ¿...? 
Disfrutemos de la flor.





101.- Flor de salicaria

Crece la salicaria (Lythrum salicaria L.) en lugares húmedos, bien sean prados, riberas de arroyos, cunetas… de ahí viene la denominación vernácula castellana de “arroyuela”. La especie abunda en Asturias. Sus tallos de más de un metro se coronan con agrupadas flores pequeñas. 
Usábase para detener las hemorragias y las flores en infusión son remedio de probada eficacia contra las diarreas, incluidas las infantiles.






102.- Flores de “arroz de páxaros”


Con un nombre tan expresivo y sugerente se conoce en algunos lugares de Asturias la que en castellano se llama, entre otras denominaciones, “uva de pájaro” y “uva de perro” y científicamente Sedum album L., una crasulácea que se deja ver abundante en las viejos y sombríos tejados y paredes de piedra de las aldeas así como en las laderas pedregosas y con poco suelo. 
En medicina se usó para tratar úlceras.




103.- Flor de “tembladeras”
 

La herbácea Briza maxima L. recibe tan apropiado nombre dado el constante balanceo que ofrecen sus inflorescencias, difíciles de fotografiar. 

También se le denomina “lágrimas”, y “pendientinos” por el aspecto de sus espigas redondeadas, ovoides, colgantes de una ramitas muy delgadas. En Asturias crece en prados de siega y pastizales.





104.- Flor de Caltha palustris L.


Dicen los botánicos que lo que a los profanos nos parecen cinco brillantes pétalos en la flor de la “caltha” (del griego antiguo “calathos”, canastilla) no son tales, sino los sépalos transformados, y que lo pétalos están anulados y dejan el sitio a numerosos estambres.
Sutilezas de las ciencias. 
La planta, vulgarmente conocida entre otros nombres como centella,  crece en Asturias en lugares húmedos y es relativamente frecuente.



105.- Flor de ombligo de venus


En las aldeas asturianas, en las viejas paredes orientadas
al septentrión, abunda el ombligo de venus (Umbiculus pendulinus De Candolle) que en algunos lugares recibe el vernáculo sugeridor nombre de oreya sapu. 
Planta amante de la sombra y la humedad, ofrece ahora en un tallo su ramillete de flores. 
Las carnosas hojas machacadas se usaron como remedio para curar llagas.



106.- Flor de cardamina


Crecen en los prados de toda Asturias con preferencia por las zonas más húmedas. Las flores, levemente rosadas, están agrupadas en espiga y se muestran especialmente en los meses de mayo y junio.
La cardamina (Cardamine pratensis L.), en castellano "mastuerzo de prado", es antiescorbútica y Font Quer escribe que la planta fresca se usa en ensalada y tiene las mismas propiedades que los berros.




107.- Flor de restallones


En mi tierra asturiana a principios de junio se acaba la floración de la silene (Silene vulgaris L.), a la que llamamos restallones.
Era costumbre en la aldea asir entre los dedos pulgar e índice, por el extremo contrario al cabillo, las globulares flores y golpearlas contra el dorso de la mano o en la cabeza, lo que producía un ruido del que proviene el nombre vernáculo.




108.- Flor de cirigoña


Uno de los remedios más empleados en los pueblos de Asturias (“la cirigüeña de todos los males es dueña”), y que llegué a usar, es el de la savia de la cirigüeña o cirigoña (Chelidonium majus L.), planta asociada a la presencia del hombre.

El tallo roto vierte un líquido amarillo que pronto se convierte en naranja intenso. Con él se tintaban las verrugas para eliminarlas.



109.- Flor de trébol rojo



Las hojas y las flores del trébol encarnado (Trifolium pratensis L.) son conocidísimas, es planta muy abundante en los prados de Asturias y bien valorada como alimento para el ganado.
La posesión de hojas con más de tres foliolos se considera un talismán. Se usaba en Cataluña como remedio para las cataratas de los ojos.




110.- Flor de Prunella grandiflora L.


Crece el ramillete de flores de la brunela en los claros de los bosques, en los pastizales, en los prados, en los márgenes de los caminos de Asturias.
Ésta fue fotografiada al borde de una castañeu, en zona húmeda, mezclada con diversas hierbas, a 300 metros de altitud, suelo silíceo y orientación sur. 
Tiene la planta virtudes cicatrizantes, de ahí los nombres vulgares de “hierba de las heridas”, “del carpintero”, “del podador”...




111.- Flor de llantén mayor (lengua de carnero)


Crecen en abundancia en Asturias las dos especies principales del llantén (Platago lanceolata L. y Platago major L.), diferenciadas claramente por las hojas. 
Las poco atractivas flores se reúnen en una espiga rolliza que sobresale del suelo en prados, pastizales, bordes de caminos, claros de bosques… desde marzo a octubre. 
El llantén posee propiedades medicinales y se usaba en afecciones de las vías respiratorias, como anticatarral, en inflamaciones de boca y en el lavado de ojos.

112.- Flor de zanahoria silvestre (Daucus carota L.)

Es muy común encontrar esta pariente próxima de la zanahoria hortícola en los prados y pastizales de Asturias, sobre todo en las partes más húmedas. 

Suele sobresalir en altura entre sus vecinas y este año lluvioso retrasó la floración de su apretada umbela hasta finales de junio. 
Dicen los herboristas que tiene virtudes semejantes a las de la especie cultivada, entre ellas una abundante cantidad de vitamina C. Es antidiarreica, diurética y favorece el bronceado de la piel y su cicatrización.



113.- Flor de vellosilla.


Recibe en castellano esa denominación la planta que da la flor de la fotografía por los abundantes pelillos que tienen sus tallos, también se le conoce por el vernáculo “oreya de ratón”, dada la forma y color de sus hojas. 
Su nombre científico es Hieracium pilosella L., con el apelativo de la especie –“pilosella”- de clara referencia a las pilosidades. 
Crece en Asturias en la parte seca de los prados, de los matorrales, en los claros de los bosques… Desde el punto de vista medicinal se le considera “sudorífera, tónica y expectorante”.


114.- Flor de alfalfa

Los lugares incultos próximos a las carreteras principales en la Cuenca del Nalón (Asturias) están actualmente colonizados por matitas de alfalfa (Medicago sativa L.). La que antes era casi exclusiva planta de cultivo en tierras fértiles, ha pasado a asilvestrada. Ç
Los ramilletes de sus flores poco lucidas adquieren en la “soledad” de la pantalla otra visión. 
Como forrajera goza de mucho aprecio y como medicinal dice el sabio y socorrido Font Quer ser antiescorbútica y antirraquítica; además, tierna, excelente para ensalada.


115.- Flor de geranio silvestre


Los conocidísimos y domésticos geranios tienen varios parientes silvestres que pasan desapercibidos.

Es el caso de la hierba de S. Roberto y del científicamente denominado Geranium rotundifolium L., abundante en toda Asturias, al que pertenece esta pequeña y bellísima flor fotografiada en el claro de un bosque de castaños.




116.- Flor de viborera

La Echium vulgare L. hierba de la víbora, viborera,  viperina... es una plantita muy abundante en Asturias en los márgenes de los caminos, en terrenos incultos y removidos, en ribazos. 

Florece prácticamente todo el año y de la corola salen unos llamativos filamentos de distinta longitud que portan los estambres. Cuentan que los antiguos tenían la planta como remedio para las mordeduras de culebras




117.- Flor de tuberaria guttata L.


En lo que fue antigua escombrera de una explotación hullera en Asturias, crece ahora, tras varias transformaciones que dejaron el suelo seco y soleado, un pastizal ralo y bajo entre cuyas especies vegetales está la hierba, desconocida en el entorno, que produce en junio y julio esta pequeña pero linda flor.





118.-Flor de tormentila


La minúscula (8 a 12 mm) flor de la tormentila o sietenrama (Potentilla erecta Hampe) se ve mucho mejor en la pantalla de un ordenador que en el prados, brezales y landas donde crece en Asturias. 

Dice Font Quer que el grueso rizoma fresco -contenedor de un ácido de nombre tan singular como “catecutánico”- se usaba para detener las diarreas y combatir hemorroides.



119.- Flor de aguileña


La Aquilegia vulgaris L. tiene una larga sinonimia vernácula, es conocida en mi tierra de nacimiento como "calzonis del cuquiellu" y en castellano como aguileña. 
Obviamente los nombres hacen referencia al aspecto de su bella flor. La que ilustra estas letras fue fotografiada sobre el pueblo de El Navaliego (Laviana, Asturias) sobre suelos ácidos, fértiles y en el borde de un camino.





120.- Flor de brezo


Conocidos en mi entorno social como “beriz”, los brezos (en este caso me parece que la Doboecia cantabrica o la Calluna vulgaris) son abundantísimos e invasores de las tierras ácidas, pobres o empobrecidas; hasta el punto que en Asturias prados -herencia de “bornaes”- dejados de segar se ven pronto cubiertos por su alfombra. 
Los antiguos herbolarios le atribuyeron propiedades diuréticas.





121.- Flor de vulneraria



Las inflorescencias globulares de las vulnerarias (Anthyllus vulneraria L.) muestran color cambiante (rosa, amarillo, púrpura..) o mezclado, según zonas. 
Pueblan abundantes los márgenes de las sendas y las partes más secas de los prados de Asturias siendo un excelente forraje. 
Como planta medicinal su propio nombre (vulneraria) indica el uso tradicional cicatrizante para tratar heridas, quemaduras, úlceras…



122.- Flor de catalpa

Hace más de un cuarto de siglo, cuando se llevó a cabo el encauzamiento del río Nalón (Asturias) cerca de mi residencia, plantaron una docena de catalpas (Catalpa bignonioides Walter) de las cuales la mitad han sobrevivido a diversos vandalismos, algunos “oficiales”.

 A comienzos de julio las copas de estos árboles, originarios de América, se han cubierto con el blanco de sus flores y el entorno se perfuma de un agradable aroma.



123.- Flor de Oenothera erithrosepala


La Wikipedia dice que el nombre vulgar es onagra y Asturnatura "hierba de asno". Cito con el científico la planta que produce la flor grande y amarilla de la ilustración, planta al parecer híbrida de dos especies americanas, introducida en Europa como ornamental y hoy en Asturias invasora, cada vez más abundante en bordes de carreteras, solares, baldíos… dando muestras de gran capacidad de adaptación.




124.- Flor de calderón


En los prados húmedos de alto Nalón (Asturias), cerca de las corrientes de agua, es frecuente ver en los meses de junio y julio los apretados pétalos de las flores amarillas que nacen solitarias en el extremo de los tallos de los calderones (Trollius europaeus L), unos ranúnculos de montaña que llaman la atención por su tamaño y belleza.

Se tiene por planta venenosa.



125.- Flor de tiraña



Es la tiraña o grasilla (Pinguicula grandiflora Lamarck) planta poco común por lo original de su complemento alimenticio. 

En Asturias crece en la media montaña sobre suelos calizos, muy pobres, con aguas corrientes. Sus hojas están provistas de una sustancia pegajosa donde quedan atrapados pequeños insectos que utiliza como nutrientes.




126.- Flores de milenrama



Crece la milenrama (Achilea milenfolium L.) en Asturias abundantemente por praderas y pastizales. 

Sus diminutas flores contienen numerosos compuestos químicos con propiedades medicinales y se han utilizado desde tiempo inmemorial para curar heridas, recibiendo en Portugal los significativos nombres de "erva-dos-militares" y "erva-dos-soldados".


127.- Flor de estellaria


La blanca y pequeña flor de la discreta Stellaria holostea L. puede observarse en abundancia hasta que acabe el verano en los matorrales y brezales de las montañas de Asturias,


 También en muros, taludes y límites de bosques caducifolios, sobre suelos ácidos, desde la costa hasta elevadas alturas.



128.- Flor de gordolobo


Es el gordolobo (Verbascum pulverulentum Vill.) planta poco deseada y considerada que crece en Asturias abundante y sobresale tanto en los eriales como en los bordes de caminos y lugares frecuentados por el hombre.
Las flores forman una larga inflorescencia muy llamativa.

Se usan en infusión, según Font Quer, para tratar el asma.




129.- Flor de Botón de Oro



Hasta hace pocas fechas lucía en las partes más húmedas de los prados de Asturias el color amarillo acharolado de los abundantes botones de oro (Ranunculus acris L.), y aún ahora se pueden ver, aunque en menor número, en bordes de caminos y claros de bosques próximos a corrientes de agua .





130.- Flor de violeta



La pequeña flor de la violeta (Viola odorata L.), que aparece a finales del invierno en los ribazos soleados, se recogía siendo yo niño en mi comarca asturiana para preparar infusiones con las que combatir catarros. Luego, leyendo a Font Quer, supe que las “hojas se consideran emolientes y la raíz tiene propiedades vomitivas…”.




131.- Flor de cardo

Defendida su vegetación por cantidad de respetadas espinas, este cardo (Cynara cardunculus L.) muestra en los meses de junio y julio sus flores de buen tamaño, muy apetecidas por las abejas, con innumerables pétalos teñidos de rojo fuerte.

Crece en Asturias en lugares incultos, pero en otras partes del país, domesticado en huertas, es planta comestible y alimento dietético.




132.- Flor de madreselva


Palacio Valdés dice en la “Invocación” de La Aldea Perdida que se deje una rama de madreselva (Lonicera periclymenum L.) sobre la tumba del poeta.
Las flores de esta planta de largo tallo leñoso exhalan una dulce fragancia y cambian de un blanco amarillento a un anaranjado o a un rojo a medida que envejece.

Crece por toda Asturias en claros del bosques, en setos...



133.- Flor de falsa melisa


Con el algo complicado pero expresivo nombre científico de Melittis melissophyllum (“amiga de la miel”) denominó Lineo la planta que produce las flores de la ilustración.
Éstas suelen agruparse de a dos, son de agradable olor, atractivas para las abejas y dicen que tienen propiedades diuréticas.
En Asturias crece -entre otros lugares- en los claros de los bosques de castaños.



134.- Flor de “lila de verano”

A mediados del mes de junio comenzaron a florecer las abundantes Buddleja davidii Franchet que crecen en las riberas del Nalón.
Sus inflorescencias cónicas, muy olorosas y llamativas con colores que van del malva al púrpura, gustan a los insectos.
Planta de origen chino catalogada en España como invasora, escapada del cultivo ornamental para el que fue traída a Europa, cada temporada es más numerosa en Asturias, ocupando, además de las riberas fluviales, solares y terrenos abandonados.



135.- Flor de zapatinos de la virgen (cuernecillo)


La flor de esta labiada con nombre vernáculo tan expresivo y que responde al científico de Lotus corniculatus L., tiene encanto.
Aunque frecuentemente amarilla, adquiere algunas veces tonos rojizos. Crecen formando grupos en zonas soleadas y secas y lo mismo se ve en las proximidades del puerto de Tarna, Asturias, (donde se fotografió ésta) que en el litoral.
En tisana se usaban como tranquilizante y para tratar el insomnio.



136.- Flor de xabú



Las tisanas de flores de xabú o benitón, que es como se conoce en mi más próximo entorno social el Sabucus nigra L., fueron remedio habitual en nuestra infancia para catarros, lavados de ojos y problemas digestivos. 
Las olorosas flores las había que recoger la víspera del día de S. Juan para que su efecto fuera el deseado.




137.- Flor de té de huerta

Conocí esta planta (Bidens aurea Sherff), considerada "mala hierba", siendo chiquillo. Invadía algunas parcelas abandonadas y los incultos bordes de los huertos.

Ya mayor me enteré de la procedencia centroamericana, leí sobre sus usos medicinales y encontré contradicción entre su nombre científico específico (aurea) y el escaso "oro" de sus pétalos, apenas teñidos de amarillo, en Asturias.



138.- Flor de carrigüela

En estos días se halla en plena floración la carrigüela o carricuela (Convolvulus arvensis L.). 
Sus blancas campanillas destacan entre las hierbas, por las que trepa en los baldíos y márgenes de las sendas peatonales semiurbanas de estos lugares de Asturias. 
También abunda en los campos cultivados. 
Como tantísimas otras plantas tiene usos medicinales, la infusión de sus hojas frescas es purgante.




139.- Flor de "Linaria triornithophora L."



El complejo nombre científico de la especie de esta conocida hierba se simplifica en Asturias con el descriptivo de "paxarinos" -que se aplica también al Rhinanthus- por la peculiar forma de sus flores. Es frecuente encontrarla en los bordes de los bosques con suelos ácidos.





140.- Flor de pasionaria

 La pasionaria o flor de la pasión (Passiflora caerulea L.) es una planta traída a Asturias como decorativa, totalmente adaptada y en algunos casos asilvestrada.

La que ha dado esta flor crece frondosa, descolgando sus leñosos tallos por una pared, floreciendo cinco meses del año y logrando unos frutos amarillos y ovales con semillas fértiles.




141.- Flor de gamón

Abundante en las tierras de Asturias desde el nivel del mar hasta las montañas, considerado una “mala hierba” que invade pastos y prados, el gamón (Asphodelus albus Miller) dio lugar a una dilatada toponimia y a algún uso médico. 
Su flor se presenta en racimos y vista en detalle tiene encanto.






142.- Flor del cuco también llamada flor del cuclillo


Flor de cuco es el nombre en castellano de la Lychnis flos-cuculi L., planta que sé abunda en Asturias en praderas de siega y pastos, pero cuyo nombre vernáculo ignoro. 

Los pétalos muy estrechos y profundamente divididos parecen deshilachados.





143.- Flor de "todosana"

Con este término castellano tan rotundo dice Font Quer que se conoce al Hypericum androsaemum L., planta bastante frecuente en las zonas húmedas de Asturias, donde se le llama zubón.

El nombre científico de la especie hace referencia a la sangre del hombre (andros=hombre, más aima=sangre). 
Sin embargo, este mismo botánico desconoce su composición.




144.- Flores de Narthecium ossifragum (L.) Hudson.


Destacaba en el pastizal el verdor de aquel delta de suelo rezumante, regado por un mínimo arroyuelo. 
En él crecía una llamativa colonia de pequeñas plantas de flores amarillas dispuestas en ramillete, con densos y vistosos filamentos.
Era finales de julio en la cordillera cantábrica. La planta de la imagen es una liliácea que responde al nombre científico de Narthecium ossifragun (L.) Hudson y sus flores van cambiando del gualda al naranja cuando fructifican.


145.- Flor de crestes de gallu

Conocidas popularmente en Asturias también como ruxiores (ruidosos) y paxarinos, estas amarillentas flores del Rhinanthus serotinus L. 

Llaman la atención por su peculiar forma.

La planta es una semiparásita que vive en los prados y, aunque posee clorofila, está provista de unas raíces chupadoras que dificultan el desarrollo de la hierba a su alrededor.



146.- Flor de centaura

Crece abundantemente en toda Asturias esta hierba (Centaura nigra L.) tanto en prados como en cultivos, bordes de caminos, solares...
 Florece largo tiempo, desde abril a finales de año, y el conjunto de flores con aspecto desflecado se forma sobre una cabezuela de color marrón, sin duda inspirador del nombre con el que se conoce en algunas partes: "garbancera" y "botón vaqueiro".
Forrajera poco apreciada, se usó como antidiabética y tonificante.




147.- Flor de “centaura menor”


De la familia de las gencianas, se le atribuyen las mismas propiedades que a la “lutea”. Por su reconocido amargor se le dio a la Centaurion erythraea Rafn. el nombre vernáculo de “hiel de la tierra”. 
Es relativamente abundante en Asturias criándose en herbazales ralos y secos. Vermífuga, digestiva, antipirética… antiguamente fue muy valorada en medicina y con sus tallos y flores se combatió la hepatitis, la ictericia, la anorexia. 
Entra en la composición de algunos preparados alcóholicos como el vermú.


148.- Flor de margarita (menor)



Es tan frecuente ver durante casi todo el año el blanco y el amarillo de las flores de la margarita menor (Bellis perennis L.) en los campos de Asturias que, de puro numerosa, pasa desapercibida.

No obstante, un poco de atención nos muestra los "primores de lo vulgar", como en esta fotografía donde está desprovista de todo acompañamiento.




149.-Flor de rapónchigo

El rapónchigo (Campanula rapunculus L.) crece tanto en las praderías como en los suelos ácidos de los claros a media luz de los viejos castañedos asturianos, exhibiendo ahora la acampanada y delicada flor.


Sus largos y finos tallos, en perpetua oscilación, dificultan la fotografía.

Cuentan que, además de medicinal, una variedad hortícola se usa en ensaladas, muy recomendadas para diabéticos.


150.- Flor de hierba de S. Roberto


Los bordes de las innumerables sendas de Asturias están cuajadas en este tiempo de las pequeñas y rosadas flores del Geranium robertianum L., que pasan desapercibidas.

Sin embargo, una mirada atenta hace que se encuentre en ellas una delicada belleza, una sutil perfección.

De los tallos y hojas dicen que tiene propiedades diuréticas.


151.- Flor de fumaria.


En esta época abundan las fumarias (Fumaria officinalis L.) en los bordes de los caminos, mostrando sus ramilletes de pequeñas flores con tonalidad tinta en el extremo.

que su nombre está asociado a un efecto semejante a la que produce el humo en los ojos. Es planta medicinal y se utiliza, en tisana, como tonificante.




152.- Flor de Hipérico


Parece ser que el término hipérico (del Hipericum perforatum L.) significa "por encima de todo", en el sentido de que sus virtudes medicinales son superiores.
En algunas partes de Asturias esta herbácea recibe el sonoro nombre de "hierba de pericón". 

 Siendo niño la vi usar como cicatrizante y remedio para las quemaduras y oí que favorececía la digestión.

153.- Flor de dedalera

He visto estos días cerca de mi casa que los racimos de las dedaleras (Digitalis purpurea L.),-llamadas aquí "estallones" y "restallones"- han comenzado mostrar sus rojas y ventrudas campanillas.
Y ahí seguirán, marchitándose las flores inferiores a medida que vayan madurando las superiores hasta el total agotamiento.

Pura metáfora de la vida.




154.- Flor de lino


El lino (Linum usitatissimum L.) dio lugar en Asturias a un buen número de topónimos, que es lo que queda de un cultivo hace ya mucho tiempo abandonado.
 En las praderas, la planta sigue siendo abundante mostrando su pequeña flor azulada en esta época.





155.- Flores de capuchina


Estas hermosas y llamativas flores de capuchina (Tropaeolum majus L.), conocidas en algunas partes como "flor de sangre", planta originaria de América, se muestra asilvestrada al paseante al borde de un camino, en lugar expuesto al sol y abrigado de los vientos en el  Valle del Nalón, Asturias.
Planta medicinal, se usó para combatir y prevenir el escorbuto.




156.- Flor de amapola


Aunque no muy abundante, no es extraño encontrar en Asturias la humilde y poética amapola (Papaver rhoeas L.) en baldíos y cultivos. 
Dice D. Pío Font que sus pétalos y cápsulas se usaron para combatir la tos en niños y ancianos y para facilitar el sueño.






157.- Flor de "rosa canina" (escaramujo)



En las sebes (setos), pastizales y matorrales de Asturias abunda las plantas espinosas, entre ellas el rosal silvestre (Rosa canina L.) o escaramujo. 
Antiguamente usada como medicinal, sus frutos tienen propiedades antidiarreicas. De ahí el nombre popular en algunas zonas de "tapaculos".





158.- Flores de orégano


Entre las plantas usadas en Asturias en cocina y en la elaboración de embutidos el oriéganu (Origano vulgare L.) es de las más populares, pero no es tan frecuente encontrarla en el campo.

Aquella de la que se fotografiaron estas flores crece curiosamente acompañando a una “escapada de cultivo”, como es el tomillo, también medicinal y culinaria. 
Aparte de la alimentaria, como hierba tónica y digestiva se utilizó en forma de tisana, y para las articulaciones en fricciones.


159.- Flores de parnasia


La parnasia (Parnassia palustris L.), llamada también “hepática blanca”, es la flor representativa de los condados de Cumberland y Sutherland en el Reino Unido. 
Se encuentra en las montañas de la cordillera Astur-leonesa, creciendo en zonas con abundante agua en el terreno y poca hierba y mostrando de julio a septiembre una bella flor que nace solitaria sobre un tallo erecto. 
En medicina se le atribuyó la facultad de tonificar el corazón y se empleó contra las diarreas en tisanas.


160.- Flores de “yerba de Santiago”

Hace como un par de meses leí en un diario la noticia de la invasión de un hermoso y conocido paraje de Caso (Asturias) por la “yerba de santiago”, hierba que responde al científico nombre de Senecia jacobaea L. (o Jacobea erucifolia) y a la que se le atribuía peligro inminente de envenenamiento de ganados. La noticia goteó a lo largo del verano y se organizaron equipos de voluntarios para el desarraigo de la invasora mediante “sestaferias”. 
La tóxica “senecia” es omnipresente en los pastos de las cabeceras del Nalón y del Esla-Porma (León). 




161.- Flores de “galactites”



En el prado abandonado de la siega y entregado al pasto, cerca de una de las entradas (o salidas) de la cueva-santuario de S. Pedrín (Sariego-Asturias), en un ribazo seco expuesto al sur, crecía a finales del mes de julio un apretado matorral de cardos (Galactites tomentosa (L) Moench.) dejando ver ya sus algodonosos vilanos.




162.- Flores de paniega


El Rumex crispus L. es planta considerada en Asturias “mala hierba”. 
Comenzó a florecer este año a finales del mes de julio y su espiga, primero de flores verdosas muy poco atractivas, permanecerá largo tiempo, cambiando a marrón. 
Vive en prados, bordes de caminos, cultivos abandonados, solares… todos ellos lugares ricos en nitrógeno. 
Dicen que la infusión de sus raíces es buena para lavar la boca.



163.- Flor de “Carlina acaulis L.”

Este cardo silvestre se encontraba en unos pastos soleados y calizos de la montaña de Asturias. 
Como los botánicos dicen que se diferencia de la especie “vulgaris” porque “los gruesos capítulos se levantan del suelo gracias a un corto tallo”, damos fe de que tallo tenía. Los mismos especialistas cuentan que esos “capítulos tiernos se comen como las alcachofas”. Del comer ya no damos fe, entre otras cosas porque sus espinas impresionan. 
Las raíces se usaron para matar ratones.



164.- Flor de globularia


La herbácea Globularia vulgaris L. se muestra con sus flores azules en cabezuelas redondeadas y crece en gran número sobre el suelo seco de una escombrera, ya muy vieja, de una mina de carbón en la Cuenca Central asturiana. 
Escribe O. Polunin que las hojas producen un colorante amarillo. 
En medicina se usó como purgante y diurética.




165.- Flor de artu



La zarza (Rubus fruticosus L.) se conoce en el Valle del Nalón (Asturias) como artu, escayu, matu… y crece en los setos y en los lugares abandonados de cultivo, formando un intrincado matorral y llegando a trepar por los árboles. 
Es planta cuyas flores son muy visitadas por abejas y abejorros y los frutos -las moras- dan alimento a multitud de animales.



166.- Flor de vincapervinca



A más de 1300 metros de altitud, en la ribera de un arroyo que se alimenta de los neveros del Mampodre, a mediados de junio florecía la que hemos identificado como una Vinca minor L. 
Debe ser planta poco frecuente, pues mirando con cierto detalle en los alrededores no hemos hallado más. 
Como medicinal, mejora la circulación sanguínea, incluida la cerebral.



EPÍLOGO (PARA FLORES)
Amigo V. & Fonseca, acabo este divertimento floral con la pieza numerada como 333. Las causas del fin ya fueron expuestas: el redactor alcanzó el nivel de incompetencia.
Este año, desde el 18 de abril (con la 167), todos los días (salvo el pasado 25) creo haberle enviado una fotografía y un comentario. Pero le prevengo que hay errores de numeración y no se publicaron 230 este año. Además, el pasado hubo otros fallos de identificación y un par de repeticiones detectadas.
Debo agradecerle a usted (y le agradezco) la motivación y el apoyo que hizo posible este trabajo. También debo recordar a D. César Rodríguez de quien recibí muchas enseñanzas y a D. Ángel Álvarez que me dio ánimos y consejos. D. Hortensio Barbón y D. Andrés Alonso me llevaron (y trajeron) haciendo de conductores y aportando sugerencias, tolerando comprensivos mis retrasos y “desapariciones”.
Siendo maestro digo que estoy muy satisfecho de la atención de D. Mario E. García, a quien creo haber convertido en discípulo.
Y, como no, gracias a aquellos que con la lectura trasformaron una ociosidad en labor meritoria.

Saludos.
1 de Octubre de 2019






No hay comentarios:

Publicar un comentario

Datos personales

Mi foto
Siero, Asturias, Spain
https://allumar.blogspot.com/